Tribuna Campeche

Diario Independiente

EXPEDIENTE | LAYDA LE MIENTE AL PAÍS

El pasado martes 9 de abril, después de la conferencia mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador, en que participó junto con otros 22 gobernadores la campechana Layda Elena Sansores San Román, concedió una entrevista colectiva a varios medios de información, en que volvió a mentir.

En pocas palabras, afirmó que en Campeche “no pasaba nada”, que las cosas están tranquilas y que incluso ha bajado la incidencia delictiva, que los turistas que vinieron de paseo no se dieron cuenta de nada porque el asunto no es grave, que son los “malos policías” manipulados por Alejandro Moreno Cárdenas y Eliseo Fernández Montúfar los que politizan el problema, que ya se sumaron más elementos al equipo de “los buenos”, y que seguirán las sanciones contra los sublevados, pues al que no trabaje tampoco se le pagará.

Una nueva lamentable postura de la gobernadora, pues aún sabiendo de la gravedad del problema que enfrenta, intentó minimizar la situación, incluso quitándole la responsabilidad del operativo fallido en San Francisco Kobén a Marcela Muñoz Martínez, pese al resolutivo que en sentido contrario emitió la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Campeche.

La más inaudita mentira que dijo la gobernadora, es que no hubo tal operativo fallido, y que tampoco hubo muertos ni heridos, ya que cuando mucho un elemento tuvo una fisura en un dedo. Que no hubo agresiones sexuales, que en suma, los policías no tienen ningún argumento para rebelarse y que la única razón de su protesta es que se niegan a usar las bodycam, pues toda su vida han extorsionado a los ciudadanos y no quieren dejar huellas de esos abusos.

Una postura lamentable de la gobernadora, vale la pena reiterarlo, pues confirma que Layda Sansores miente todo el tiempo en su desesperación por tratar de salvar su crítica situación y para disfrazar su Gobierno fallido, que no ha dado resultados en ningún rubro, y que por el contrario, ha propiciado retrocesos en economía, seguridad, salud, transparencia, generación de empleos y atracción de inversiones, entre otros aspectos.

Preocupa que la titular del Poder Ejecutivo del Estado evidencie públicamente su desequilibrio mental y un alto grado de esquizofrenia, al confundir la realidad, que es la que todos vemos, sentimos y padecemos, con esa fantasía que ella crea en su oxidada cabecita, y que sus asesores y lambiscones le aplauden para no perder el empleo.

Es obvio que con una gobernadora que piensa así y que se cree sus mentiras, no va a ser posible llegar a ningún acuerdo que no sea el que ella trate de imponer. 

Por eso pretende prolongar, extender el problema, para cansar a los policías y que accedan a reincorporarse al bando de “los buenos”, y al mismo tiempo el respaldo de la sociedad civil se debilite hasta desaparecer.

Sin embargo, parece que una vez más sus cálculos están errados, pues mientras más tiempo se prolongue el conflicto, la protesta de los policías se incorporará a la agenda de las campañas y será una de las principales motivaciones de los ciudadanos para votar en contra de los candidatos del partido en que milita Layda Elena, lo que anticipa una catástrofe electoral para ella y su partido.

Se sabe desde hace algunos meses que el Gobierno laydista va a corromper la elección y poner en marcha todo tipo de operativos fraudulentos, mediante la compra de votos, la cooptación de los funcionarios electorales de casilla y el soborno a los representantes de partidos, sobre todo en esos lugares donde la oposición no cubrirá la totalidad de las vacantes, para cometer todo tipo de marrullerías, desde el relleno de urnas, hasta la alteración o falsificación de las actas de escrutinio y cómputo.

Es decir, Layda y sus perversos asesores violentarán la voluntad popular, y ganarán a como dé lugar el proceso, para lo cual han dispuesto de unas bolsa multimillonaria para todo tipo de mapacherías, incluyendo la descarada compra de credenciales de elector y el pago en efectivo para que se sufrague a favor de los abanderados guindas.

Hay pues, una estrategia corrupta para buscar retener la mayoría en el Congreso local y casi todas las alcaldías, diputaciones federales y la senaduría. A menos claro, que la gente salga a votar masivamente el próximo 2 de junio.

No queda más que apostar al valor cívico de los campechanos, a la responsabilidad y a la valentía ciudadana, que podrá recibir los sobornos que los laydistas vayan a repartir, pero sufragar libremente y en contra de quienes operan la maquinaria morenista para seguir saqueando el Estado.

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