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Sebastián Korczak

¿Tu hijo cree en los superhéroes?

Últimamente, varias personas me han preguntado si es bueno que sus hijos crean en ídolos y superhéroes. Este artículo reseña la respuesta que me gustaría darles.

La mayor parte de los niños, tarde o temprano, pasará por el periodo de fascinación de los superhéroes. Para algunos, esa admiración quedará por mucho tiempo, y realmente no hay nada malo en eso. Tener un ídolo, más o menos real, no significa infantilismo, sino que puede ser una actitud y deseo de compararse y llegar a ser, en algunos criterios, como su ídolo.

Si el superhéroe que fascina a tu hijo, es positivo, con más razón no deberías de preocuparte. Es fin, el bien tiene diferentes disfraces y formas, pero sigue siendo universal y para todos.

Obvio, se les acusa de que no son reales. Normalmente tienen súperpoderes, usan la tecnología más avanzada, y a veces tienen cuerpo modelado tipo Schwarzenegger cuando era joven. Pero eso de ninguna manera significa extraviar a tu hijo. En el fondo, en cada cuento de hadas, dibujos animados, aparecen figuras y personajes en sus aspectos irreales, capacidades exageradas o simplemente ficticias.

Tampoco creo que una imagen de héroe súpermusculoso pueda tener un efecto negativo en el niño. Lo mismo sucede en el caso de las niñas y el aspecto irreal de las muñecas Barbie. En vez de buscar y concentrarse en los aspectos negativos del mal ejemplo, es mejor mirar más de cerca a los superhéroes y ver los elementos positivos que enseñan y proponen: la fidelidad, entrega, amistad, patriotismo, y sobre todo la lucha por el bien.

En varios casos también actúan con generosidad ejemplar, sin buscar ninguna recompensa. Gran parte de estos héroes ama con toda sensibilidad y sencillez. Muchos de ellos también tienen sus debilidades y momentos de dudas. Cometen errores, que en el futuro deben de corregir, para poder luchar contra el mal. A veces, para lograr la victoria del bien, ellos mismos han de hacerse más humildes y saber tomar buenas decisiones. Todos experimentaron el mal en sus propios huesos, para enseñar que el bien tiene la última palabra.

Eso es exactamente lo que hace que los chavales quieran rodearse de superhéroes, porque se sienten tal como ellos; a veces muy débiles, fracasados, pero a la vez creen que siempre se puede levantar.

Sin duda alguna, los héroes enseñan que siempre uno puede ser bueno, que vale la pena ayudar a los demás, que cada situación crítica y golpes de mala suerte se pueden aprovechar como enseñanza de ser aún mejor, único, excepcional como ser humano. Ayudan a entender el mundo complicado y globalizado, saber que el mal existe (desgraciadamente), pero no tiene aceptación y ninguna aprobación. No hay flexibilidad con el mal. No olvidemos que los niños y jóvenes son más radicales y polarizados en sus observaciones y criterios.

Sabemos que no sólo son los niños, sino también las niñas, las que aman a Supermán (me imagino que preferían verlo en el lugar de Ken), les encanta ser rescatadas y saber que hay alguien que las cuida y vela todo el tiempo, para que no les pase nada. Los superhéroes, en varios casos son introvertidos y contrariamente a las apariencias son extremadamente sensibles. Esconden su gran corazón debajo de una máscara, vestido o capa.

Conociéndolos más, parece que pudieran ser nuestros conocidos; tienen gran sentido del humor, buscan amistades, quieren encontrar el amor etc. A veces, su genialidad y heroísmo parecen tan cercanos, que Iron Man o Batman no parecen tan irreales.

Si nos fijamos en la historia de Batman, encarnizada por Christopher Nolan, nos muestra la historia de un joven que es testigo del asesinato de sus padres. Lo único que desea, al inicio, es poder vengarse de ellos, pero su amiga de la infancia le convence de que la venganza, y haber matado al asesino, no le traerá ninguna satisfacción. Sería igual de culpable que el asesino de sus padres. Batman ayuda a la ciudadanía, busca a los criminales y los entrega a la policía. El no mata a nadie, esa es su regla. Enseña que la venganza no da ninguna satisfacción, y que hacer el bien tiene mucho más valor.

El Supermán tiene grandes poderes, fuerzas sobrenaturales, es increíblemente veloz, fuerte, tiene visión y audición sobreagudas. Aparte es sumamente inteligente con memoria incomparable. Siempre está dispuesto a ayudar al prójimo. Aunque en privado, quitándose el vestido, trabaja como simple periodista. El niño que se identifica con ese héroe, aprende los valores de valentía, honor y gran sentido de amistad. También vale la pena mencionar que Supermán es fiel a su novia, a la cual rescata siempre de las opresiones. Por ende, que no nos sorprenda que los chavos quieran identificarse con él.

Spiderman, así se llama Peter Parker, es huérfano y educado por sus tíos. Después de haber sido mordido por la araña radioactiva, empieza su transformación en diferentes maneras: física (con sus poderes extraordinarios) y personal (el cambio de una persona que ignoraba su alrededor, a un empático joven preocupado por el bien de los demás).

Al inicio, sus súperpoderes los usa para sus vanidades (ganarse el dinero con mucha facilidad). El verdadero cambio interior sucedió cuando el ladrón que se escapó, gracias a él, asesinó a su tío. Esta experiencia enseña que el mal sigue siendo el mal, incluso que aparentemente no te afecta. Hay que combatirlo porque siempre saldrá lastimando alguien. No se puede ignorar el mal, porque puede crecer y ampliar su territorio. Spiderman decidió servir a los demás, inspirado en las palabras de su tío: “Un gran poder es una gran responsabilidad”.

Iron Man y Capitán América son dos soldados. El primero es Tony Stark, propietario de una empresa de armas. Secuestrado y obligado a crear las armas para los terroristas, Stark inventa la armadura de Iron Man. Arriesga su vida para crear el más poderoso disfraz de Iron Man, y se da cuenta que las armas que en principio eran para defenderse de los terroristas, ahora son manipuladas y utilizadas por ellos.

Capitán América, es decir, Steven Rogers, es un soldado que a causa del “serum” se ha hecho más fuerte, veloz y resistente. Es un patriota, encabeza a los “Avengers”, es líder entregado y se sacrifica por su grupo en la lucha por la libertad.

X-Men es un grupo de mutantes, y entre ellos el más conocido es Wolverine. La Liga de la Justicia está formada por Batman, Flash, Supermán, Czy y Wonder Woman. Esta última es una de las pocas mujeres superhéroes, y tiene su génesis en los comics.

No tengo duda alguna de que esos superhéroes presentados, tanto en los comics, videojuegos o en las películas animadas, ayudan a pasar al mundo ficticio y vivir una experiencia asombrosa, identificándose con ellos. No hay nada malo en eso. Todos seguimos soñando de ser héroes, y ojalá esos personajes nos motiven para hacer algún cambio necesario.

Nos hacen volver y recordar quiénes somos y quiénes podemos ser en nuestras debilidades, pero también de que hay en cada uno de nosotros una semilla de un futuro mejor. También nos dan ejemplo y enseñanza de que la amistad y la fraternidad tienen valor eterno… que vale la pena creer en el bien, ser fiel a los principios, y que todos podemos cambiar y ser mejores.

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