Arqueólogos hallaron más de 700 kilos de residuos sólidos, entre los que se encontraban 117 medidores de luz, en el cenote de Chen Há, ubicado en el municipio de Kopomá.
El escritor y espeleólogo Sergio Grosjean Abimerhi, quien dirigió la exploración, lamentó que este importante sitio de agua estuviera contaminado también con neveras, inodoros, colchones, llantas, envases de pesticidas, plásticos, botellas, latas, objetos de brujería, pañales, televisiones, radios y ventiladores.
El grupo de buzos encabezados por Grosjean Abimerhi dedicó más de cinco horas a la limpieza del cenote. El saneamiento requirió de un detector de metales, lo que permitió extraer una importante cantidad de medidores de luz que se encontraban debajo del sedimento.
De acuerdo con los investigadores, los medidores y aparatos electrónicos poseen componentes altamente contaminantes como cobre, plomo e imanes.
“En los cenotes a lo largo de nuestras exploraciones me toca enseñarles algunas imágenes de la parte fea, no es para aguarles el día sino sólo para que estén conscientes que no todo es color de rosa como nos lo pintan”, se leía en la publicación.
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