INGLATERRA (Agencias).— Una enfermera británica juzgada desde hace meses en Manchester por el asesinato de siete bebés en 2015 y 2016 refutó ayer esta acusación, la “peor” posible en sus palabras, y dio explicaciones sobre unas notas en las que parecía autoinculparse.
Siete meses después del inicio de su juicio en octubre, Lucy Letby, de 33 años, compareció por primera vez ante el tribunal.
Esta exenfermera del Departamento Neonatal del Hospital Countess of Chester, en el noroeste de Inglaterra, niega los siete asesinatos y 10 intentos de asesinato de los que se la acusa.
Según la Fiscalía, Letby mató a los bebés inyectándoles insulina o aire en las venas.
Vestida de negro, la mujer aseguró ayer que ser informada en 2016 de las sospechas en su contra fue “devastador”. “No podía creerlo”, afirmó, “no creo que se te pueda acusar de nada peor que eso”.
Ante el Tribunal explicó que “siempre había querido trabajar con niños” y fue la primera de su familia en ir a la universidad.
Interrogada por su abogado, Ben Myers, negó haber hecho daño a los bebés: “Va completamente en contra de lo que significa ser enfermera”.
Mi trabajo era mi vida”, agregó, afirmando que “el mundo se detuvo” cuando la sacaron de la sala de neonatos.
La acusación había presentado como pruebas contra ella unas notas escritas por Letby que se encontraron durante los registros de su domicilio.
“No merezco vivir. Los maté a propósito porque no soy lo suficientemente buena para cuidarlos. Soy una persona horrible”, había escrito. “Soy mala, hice esto”.
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