En todos esos eventos se promovió la figura tanto de la senecta mandataria, como de su entonces candidata a la Alcaldía, la impresentable Jamile Moguel Coyoc…
En el Capítulo III de la Ley de Presupuesto de Egresos 2024, correspondiente a las “Disposiciones de austeridad, ajustes del gasto corriente, mejora y modernización de la gestión pública” (páginas 22 y 23 del citado documento), se establecen con precisión las limitaciones para el ejercicio del gasto público, específicamente en actividades no esenciales.
Su párrafo segundo señala lo relativo a “comisiones personales al extranjero, congresos, convenciones, festivales y exposiciones”, que debieron reducirse a la categoría cero, a fin de hacer rendir más el dinero público.
Sin embargo, el pésimo y corrupto Gobierno de Layda Sansores ha pasado por alto esa y otras disposiciones contempladas en el Presupuesto de Egresos, y se ha dedicado a derrochar sin ton ni son los recursos que deben ser utilizados para el desarrollo y el crecimiento del Estado.
Tan sólo en tres conciertos (Ángeles Azules, Margarita la diosa de la cumbia y El Buki), el “Gobierno de todos los corruptos” gastó más de 34 millones de pesos, bajo el argumento baladí de que “se trataron de actividades de cultura popular para procurar el bienestar y la felicidad de las familias campechanas”, algo tan intangible como falso, ya que en todos los casos se promovió la figura tanto de la senecta mandataria, como de su entonces candidata a la Alcaldía la impresentable Jamile Moguel Coyoc.
Muy aparte, se erogaron varios millones de pesos más en las “posadas del Jaguar”, que se realizaron en casi todas las unidades habitacionales y colonias populares de la capital, así como en algunas cabeceras municipales. En estos eventos hubo rifa de no menos de 300 motocicletas, bicicletas, despensas, artículos domésticos y toda suerte de baratijas, además de que se contrató a comediantes regionales para que fungieran como animadores.
Todo el gasto anterior, muy propio de los gobiernos bananeros que ya pensábamos extintos, corrió bajo el presupuesto de la Unidad de Comunicación Social del Gobierno del Estado, que en 2023 dispuso de 48 millones 936 mil 329 pesos. ¿Cuánto derrochó en esos festivalitos de abierto proselitismo morenista? No lo quisieron informar. Y no informarán. Lo cierto es que incurrieron en irregularidades administrativas, porque no es función de esa desprestigiada e inútil UCS, financiar festivales y rifar regalos.
Es una muestra más del desbarajuste administrativo que es el Gobierno de la inepta Layda Elena. Más circo que pan, ya que es más afecta a la farándula que ayudar al combate a la pobreza, ya que las miserables despensas de frijol con gorgojo que reparte junto con su amada Marcela, no sirven ni para aliviar las necesidades alimenticias de una familia para un día.
Así sus prioridades. Así su lema de “primero los pobres y para los pobres lo mejor”. Que se lo crea su abuela.
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