Tribuna Campeche

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Carnaval político

Muy triste que la Tía Rata haya politizado hasta el Carnaval, pero hipócritamente, enfurece cuando las comparsas hacen mofa política de sus yerros y de los abusos de sus colaboradores…

Don Julián fumaba un cigarrillo sentado en una banca del Parque Principal, mientras conversaba con don Memín sobre los carnavales de antaño. Cuando las familias participaban en los festejos con sus toldos, cuando los barrios elegían a sus embajadoras y las coronaban en medio de bailes populares, en donde los pleitos estaban desterrados, en donde los martes de pintadera mucha gente se divertía sanamente mientras otros malosos por naturaleza, recurrían al aceite quemado para salpicar y manchar para varios días a sus contrincantes.

—“Y no te olvides de los huevos podridos y del agua de wish que le arrojaban desde los techos de las casas a los que jugaban a la pintadera en la calle. Qué tiempos aquellos que ya no volverán”, rememoró don Memín.

—Yo extraño aquellas composiciones literarias de los “decretos de Juan Carnaval”, en donde con picardía, con ingenio, con sátira y también con mucho tino, se hablaba con entera libertad de cualquier tema, sin temor a ser reprimidos, encarcelados o golpeados por eso”, apuntó por su parte el poeta Casimiro.

—Qué bonitos recuerdos, añadió por su parte doña Chela. Yo disfrutaba de esos carnavales acuáticos en que ayudaba a mi papá, que era pescador, a adornar su lancha para pasear a alguna de las embajadoras de los barrios o instituciones. Esta fue una etapa esplendorosa que dibujaba con realismo a ese Campeche provinciano que encantaba a propios y extraños”, señaló.

—Yo ahora veo un Carnaval sólo para fifís con eventos oropelescos en el foro donde se otorgan lugares privilegiados a los familiares y amigos de los políticos, complementó don Julián, y que en la actualidad se ha convertido además, en un motivo de pleito entre los gobernantes de un partido y otro. Aunque la organización de esos eventos, es una función propia de la Alcaldía, que antes se hacía con pleno apoyo del gobernador, ahora es motivo de disputas, enconos y división, en suma, de política de la mala”, repudió.

—La verdad, agregó muy serio el poeta Casimiro, a mí me dio mucha pena ver a dos jóvenes presentarse como los reyes del Carnaval universitario y despotricar en el Martes de la Rata contra su rector. Hablaron de un desvío de más de 200 millones de pesos detectados por la auditoría federal, y lo que más les molestó es que ningún peso de ese dineral se haya destinado al Carnaval, o sea la frivolidad en su máxima expresión”.

—Qué triste que la Tía Rata haya politizado hasta el Carnaval, pero hipócritamente, enfurece cuando las comparsas hacen mofa política de sus yerros y de los abusos de sus colaboradores. Es la clásica mala y llorona a quien le gusta insultar, pero cuando le contestan en el mismo tono se hace la víctima y recurre a la justicia para demandar a sus críticos por difamación, calumnias, daño moral, violencia política de género y otras mafufadas. Ya ni en el Carnaval nos dejan divertirnos”, lamentó don Memín.

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