Tribuna Campeche

Diario Independiente

Gallardía de mujeres policías…

La impotencia de padecer una injusticia, al dejarlas sin ingresos para el sustento a sus familias, lleva a 50 Mujeres Valientes al llanto. Pero luego de secarse las lágrimas, reafirman gallardas que no se rendirán…

El 30 de abril de 2024 va pasar a la historia de esta tierra  como uno de los más tristes para los hijos de 50 familias, a quienes la perversa y malvada gobernanta sin corazón, ordenó que les retengan el pago de sus salarios y por tanto las condenó a pasar hambre, sed y otras necesidades, como venganza de la anciana mandataria por no supeditarse a sus caprichos.

Lágrimas de impotencia bajaban de los párpados de esas “Mujeres Valientes”. Fueron a la sede de la Policía y no las atendieron. Acudieron a Palacio de Gobierno para que alguien les resuelva, pero las ignoraron. Dialogaron con el secretario de Finanzas para escuchar alguna razón para esta inexplicable sanción, pero nada.

Con dolor profundo en el corazón, las 50 madres, las 50 “Mujeres Valientes” castigadas por la soberbia y la sinrazón de la gobernanta, se abrazaron unas a otras frente a Palacio y le dieron rienda suelta al llanto. No les quedaba de otra.  La tristeza de descubrir a estas alturas que la persona en quien confiaron era sólo una careta, una máscara, un disfraz para llegar al poder, y una vez en la silla, traicionar arteramente todos sus presuntos ideales.

Y sí, de la impotencia, del dolor, al llanto. A desahogarse por esta situación que nunca debiera ocurrir en una sociedad que se precie de ser civilizada, democrática o plural. ¿Disentir es un delito? ¿Exigir el respeto a tus derechos, es causal para que te suspendan el salario?

A todos los ciudadanos les consta que estas Mujeres Valientes no  han abandonado jamás sus obligaciones de proteger a la sociedad. Salieron en las patrullas cuando había combustible, sea porque la ciudadanía la donara, o porque se les suministrara por la vía oficial. Y cuando les cerraron la llave por el Gobierno, salieron al patrullaje pie-tierra, pero jamás de los jamases han dejado de prestar el servicio. 

A todos nos consta, menos a esa gobernadora insensible, que al igual que a su corrupto padre, poco le importan los sentimientos de los demás. Nada valen para ellos el sufrimiento de los pobres. La corrupción los volvió, al padre y a su soberbia hija, en personas sin sentimientos.

Asombra el valor y la determinación de estas 50 Mujeres Valientes castigadas por este Gobierno represor. “No nos vamos a rendir, no nos van a doblegar”, expresan gallardas luego de secarse las lágrimas del rostro.

“Seguimos de frente, Dios proveerá y nos ayudará a llevar el sustento a nuestros hogares”. Palabras que le dejan un nudo en la garganta al cronista, que refuerzan en la sociedad nuestra, esa convicción de que se apoya una causa justa, y reafirman la certeza general de que este Gobierno vaga sin rumbo y sin sentido, hundiéndose cada vez más en el abismo del descrédito.

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