FUE RECONOCIDO POR AYUDAR A CURAR A QUIENES MENOS TIENEN
En reconocimiento a su gran labor humanitaria hacia quienes menos tienen, brindándoles atención y consultas médicas, la Secretaría de Salud (SSA) develó un busto en honor al doctor Wilberth Escalante Escalante, ubicado en el Centro de Salud que lleva su nombre en esta ciudad.
En presencia de hijos, nietos y hermanos del galeno campechano, la titular de la SSA, Liliana de los Ángeles Montejo León, destacó el sentido humano y gran profesionalismo en la medicina de Escalante Escalante, quien fue reconocido por ayudar a curar a los que menos tienen.
Se resaltó que Escalante Escalante fue pionero de la salud pública en el Estado, y formó parte de un grupo de médicos que surgió con grandes esfuerzos y entrega al prestigio que la medicina tiene en Campeche
Nació en Dzitbalché el 21 de junio de 1927, estudió para médico cirujano y partero en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) entre 1945 y 1951.
Después de concluir su servicio social en Emiliano Zapata, Tabasco, fue nombrado jefe del Centro de Salud de Hecelchakán, cargo que posteriormente desempeñó por siete años en Champotón.
Fue becado por el Instituto Nacional de Salud Pública para formarse como maestro en administración de hospitales, y luego recibió el nombramiento de director de la Administración Estatal de los Servicios Coordinados en Campeche. En 1974 se convirtió en el jefe de los Servicios Coordinados de Salud Pública en el Estado, cargo que ocupó hasta su muerte en 1986, hace 36 años.
Fundó el Colegio de Pediatras del Sureste. Entre 1968 y 1969 organizó las primeras Jornadas Pediátricas del Sureste, y recibió un especial reconocimiento; entre 1970 y 1973 desarrolló los estudios sobre la regionalización y la investigación sobre la operación médica en la entidad; una de sus características más recordadas era que recibía y despedía en maya a sus pacientes.
“Un hombre de firmes principios, generoso y sensible. Se distinguió por su don de gentes, apoyaba y extendía la mano a quienes acudían a él, y era de gran calidad moral, de actuar honesto, sin discriminación, y siempre con el afán de dar un buen servicio a la comunidad”, significó Montejo León.
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