Como último recurso desesperado para frenar la posible reelección de Alejandro Moreno en la dirigencia nacional del PRI, más de 250 priístas, entre expresidentes, exgobernadores y militantes, firmaron un documento desplegado en medios nacionales.
Además de exigir su renuncia, como en junio de 2022 lo hizo una docena de expresidentes ante los desastrosos resultados electorales, hacen recuento de sus errores y descalabros, y patentizan su preocupación sobre el objetivo de la Asamblea Nacional de domingo 7 de julio.
Destaca que por Campeche firman el exgobernador José Antonio González Curi, el exdirigente estatal Ramón Cuahtémoc Santini Pech, y el exlegislador y exalcalde de Campeche, Víctor Méndez Lanz.
Tras su separación, exponen, debe ser designada una presidencia interina que conduzca la renovación de los órganos de dirección del partido, que enfrenta la peor crisis de su historia.
Aunque sube la presión contra el exgobernador de Campeche, en los hechos tendrá pocas consecuencias, al menos por ahora, porque controla la cúpula y tiene el quórum suficiente para sacar adelante su reelección.
Entre quienes apoyan el documento están los exdirigentes Dulce Maria Sauri, Enrique Ochoa y Pedro Joaquín Coldwell y José Antonio González, así como el excandidato presidencial Francisco Labastida y el exsecretario de Turismo, Enrique de la Madrid.
También se suma un bloque de exgobernadores, entre los cuales destacan José Natividad González, de Nuevo León; José Reyes Baeza, de Chihuahua, y Arturo Montiel, del Estado de México.
Asimismo, exdirigentes estatales y exintegrantes del Comité Ejecutivo Nacional han alzado la voz ante la inminente asamblea del domingo.
Tras dos años, las voces críticas han encendido en los últimos días las alertas de reelección, pero la previsión de reformas a los documentos básicos del partido que se mantienen en secrecía y el silencio de Moreno Cárdenas ante las críticas, elevan las suspicacias de que todo se encamina a un presunto plan de Alito para hacerse cuatro años más de la dirigencia.
De esa manera, cerraría el círculo para que la figura presidencial tenga el control absoluto del partido, dejando en sus manos la designación de los coordinadores del Congreso.
En el pronunciamiento recuerdan que tras la exigencia de que renuncie en junio 2022, Alito Moreno dio su palabra de dejar el cargo en agosto de 2023, pero meses después alargó un año más su mandato.
Ahora como antecedente hay la convocatoria a la asamblea acordada por las cúpulas, misma que, a decir de fuentes tricolores, fue acordada al día siguiente de la elección y publicada el 7 de junio.
A la desconfianza de las voces críticas abona la urgencia de convocar a la encerrona semanas antes de que Alito deba dejar la dirigencia.
De esta manera, tanto quienes han sido relegados de la vida partidista como quienes han puesto tierra de por medio, consideran urgente la renuncia de Moreno Cárdenas “dada la dimensión de la grave crisis que vive el partido y por las cruciales transformaciones que este requiere para seguir siendo una opción políticamente viable”, agrega el pronunciamiento.
La presidencia interina que proponen deberá ser integrada de manera democrática “por un grupo de expresidentes, cuadros de prestigio y reconocimiento, a fin de que conduzcan de manera colegiada e incluyente los trabajos de la próxima asamblea”, que proponen realizarla tras analizar la situación del partido y la transformación que requiere.
Estos cambios incluyen el replanteamiento de todos los documentos básicos, y en particular el reforzamiento de la estructura territorial, refieren, pero también destaca la propuesta de que las reformas a los estatutos refuerce el principio de “no reelección de la dirigencia”.
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