Rusia y Ucrania se culpan mutuamente
JERSÓN (Reuter).— Un torrente de agua irrumpió ayer por un enorme agujero en una presa del río Dniéper, que separa las fuerzas rusas de las ucranianas en el sur de Ucrania, inundando una franja de la zona de guerra y obligando a los residentes a huir.
Ucrania y sus aliados acusaron a Rusia de volar la presa desde dentro, en un crimen de guerra deliberado. El Kremlin dijo que Ucrania la había saboteado, para distraer la atención de una contraofensiva que, según Moscú, está fracasando. Algunos funcionarios rusos dijeron que la presa había reventado por sí sola.
Ninguna de las partes ofreció pruebas de quién era el culpable. Los Convenios de Ginebra prohíben explícitamente atacar presas en la guerra, debido al peligro que supone para la población civil la destrucción de tales “obras e instalaciones que contengan fuerzas peligrosas”.
A media mañana, en la ciudad de Jersón, en el lado en poder ucraniano, un embarcadero de un afluente del Dniéper ya había quedado sumergido por la marejada que subía por las orillas.
En la orilla controlada por Rusia, el alcalde de Nueva Kajovka, situada bajo la presa, dijo que el nivel del agua había subido hasta 11 metros, informó la agencia rusa TASS.
La presa de Nova Kajovka suministra agua a la Península Ucraniana de Crimea y a la central nuclear de Zaporiyia, ambas bajo control ruso.
Los rusos han “llevado a cabo una detonación interna de las estructuras” de la presa. “Alrededor de 80 asentamientos se encuentran en la zona de inundación”, dijo Zelenski.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, lo calificó de “acto indignante, que demuestra una vez más la brutalidad de la guerra de Rusia en Ucrania”.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo en una rueda de prensa: “Podemos afirmar inequívocamente que se trata de un sabotaje deliberado de la parte ucraniana”.
ENVIADO PAPAL
KIEV.— El presidente Volodímir Zelenski instó ayer al Vaticano a contribuir a la aplicación de un plan de paz ucraniano durante las conversaciones con un enviado papal sobre la guerra de Rusia contra Ucrania.
El cardenal italiano Matteo Zuppi, encargado por el papa Francisco de llevar a cabo una misión de paz para tratar de ayudar a poner fin a la guerra, visitó Kiev para sondear a las autoridades ucranianas.
Zelenski dijo que discutieron la situación en Ucrania y la cooperación humanitaria “en el marco de la Fórmula de Paz de Ucrania”.
El plan de Zelenski exige el restablecimiento de la integridad territorial de Ucrania, el retiro de las tropas rusas y el cese de las hostilidades, así como la restauración de las fronteras estatales de Ucrania.
Un comunicado del Vaticano dijo que Zuppi informaría al Papa sobre sus reuniones y que Francisco evaluaría los resultados y decidiría los próximos pasos a seguir.
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