Tribuna Campeche

Diario Independiente

De política… y cosas peores: Encantado

Catón

En la noche de bodas la novia estaba tan cansada que se durmió en un segundo. Y por poco se duerme en el primero… En la cama le dice la señora a su marido: “¡Qué rara coincidencia! A ti se te olvidó mi cumpleaños y a mí se me olvidó ahora cómo descruzar las piernas!”… El abogado defensor se dirige al jurado: “Cuando este hombre atacó injustificadamente a mi cliente, él estaba inerme. No tenía nada en las manos”. “Bueno -interviene el cliente-. En las manos tenía las pompas de la mujer de ese hombre, pero ni modo de defenderme con ellas”… Hamponito, el hijo del narco de la esquina, fue a una fiesta de cumpleaños. Cuando el niño festejado apagó las velitas del pastel, Hamponito lo empezó a golpear. “¡Por soplón!” -dice con acento feroz, como el de Humphrey Bogart en “El halcón maltés” (1941, con Mary Astor, Peter Lorre y Sidney Greenstreet; dirección de John Huston)… La señora se sorprendió al ver a su marido frente al espejo aplicándose en la cara un potingue. “¿Qué es eso?” -le pregunta. Responde el tipo: “Es una crema rejuvenecedora”. Replica la mujer con sequedad: “Entonces no te la estás aplicando donde deberías”… El pacífico señor iba por la calle cuando escuchó fuerte vocerío: un loco furioso había escapado del manicomio. Al voltear la esquina el señor se topa con el orate, que va hacia él y empieza a perseguirlo. Inútilmente trata el infeliz de escapar: el loco lo seguía cada vez más de cerca. Le pisaba ya los talones. El otro apresura la carrera y se mete por el callejón. ¡Horror! ¡Era un callejón sin salida! El loco se aproxima paso a paso. El pobre hombre, aterrorizado y de espaldas contra la pared, lo ve venir. Llega el loco, le pone la mano en el hombro al señor y le dice con una sonrisa de triunfo: “¡Encantado!”. (¡Date de santos, señor! ¡El loco pudo haberte dejado encantado en otra forma!)… Comentaba un marido: “Mi esposa usa una faja muy apretada. Cuando se la pone aumenta 7 centímetros de estatura”… En la apartada playa, protegidos por la complicidad de la noche, un hombre y una mujer practicaban el antiguo rito del amor. Dice ella: “¡Cuántas estrellas! ¡Qué cielo tan hermoso!”. Habla, acezando, el individuo: “En este momento no estoy en posición de opinar”… Afrodisio, galán concupiscente, le dice a don Poseidón, el padre de su novia: “¿Que si llevé a Dulcilí a un hotel? No, señor. Se lo juro por la Biblia que estaba en el buró”… Un ricacho se compró un caballo de carreras, y lo inscribió en el hipódromo. En su primera carrera el jamelgo llegó en último lugar. El ricacho le reclama al jockey: “Pudiste haber llegado antes”. “Ya lo sé -responde flemático el jinete-. Pero es contra las reglas bajarse del caballo y caminar”… Al terminar el primer trance de amor en la luna de miel la flamante recién casada le dice a su marido con acento receloso: “Inepcio, pero tu trabajo sí lo sabes hacer ¿verdad?”… Reconocía un argentino: “Estoy de acuerdo: debo respetar a mis superiores. El problema es que hasta la fecha no he conocido ninguno”… Murió el marido. En el velorio una de las hijas del difunto le dice muy preocupada a su mamá: “Mami: toqué a mi papá, y está tibio”. Replica la señora con determinación: “Frío, tibio o caliente, dentro de un rato ¡al panteón!”… Don Cornulio llegó a su casa y halló a su esposa en brazos de un baterista de orquesta. Explica la mujer: “Tú ya no quieres más familia, y el médico me recomendó que llevara el ritmo”… FIN.


Sondeo electoral:

Luy

Mirador: Historias de la creación del mundo

Armando Fuentes Aguirre

Señor -preguntó Eva- ¿por qué permitiste que ese escritor dijera que el gato es invención del diablo?

—¿Qué te puedo decir, hija? -contestó Yahvé-. Le di al hombre todas las libertades, incluso la de escribir bobadas, y en esto del libre arbitrio ni siquiera yo puedo intervenir. Tendré que enseñarle ahora que todas las criaturas son obra de mi mano, y que en todas, hasta en la piedra, late siempre el espíritu de Dios. Únicamente la criatura humana tiene a veces pensamientos inspirados por el enemigo malo, pero yo perdono eso porque mi amor abarca a todos, y todos al final de los tiempos se fundirán en mí.

Preguntó la mujer:

—¿Incluso el que dijo que el gato es invención del diablo?

—Incluso él -sonrió el Señor al ver el reconcomio de Eva. Y posiblemente lo ponga junto al gato, para que lo conozca bien y aprenda a amarlo.

Entonces Eva sonrió también, seña de que quizá, con el tiempo, ella también perdonará.

¡Hasta mañana!…

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