La “voladora”

Mientras la viejita se la pasa volando, sus compañeros de gabinete le dan vuelo a la robadera, porque nadie los vigila ni les llama la atención. Por eso los problemas se acumulan…

Tremendo escándalo provocó la fotografía donde se ve a la Tía Rata volando en clase premier, rumbo a un destino desconocido, en el inicio del pasado fin de semana. Tal y como es su costumbre, y aunque medio Estado se estaba incendiando —con fuego real y por móviles políticos—, la ancianita no perdonó su escapada semanal y se fue a la capital, mandando al bote de basura los problemas que no puede resolver, recordó el poeta Casimiro.

—Esa imagen —apuntó de sorpresa don Julián— retrata a la perfección lo que han sido estos tres años y siete meses de la Administración Ratista. Una gobernanta que siempre anda volando, en el aire, absorta, abstraída de los problemas reales del pueblo que dice gobernar, y que ignora a los demás, pues se refugia en la pantalla de su teléfono para no enfrentarse a la desagradable noticia de que las cosas no son como le platican sus lambiscones y asesores.

—Mejor descripción de este sexenio de latrocinio no puede haber, coincidió don Memín. Y es que mientras la viejita se la pasa volando, sus compañeros de gabinete le dan vuelo a la robadera, porque nadie los vigila ni les llama la atención. Por eso los problemas se acumulan y la inconformidad de la gente es cada vez más creciente.

—Pues vaya que esta viejita no aprende de la Presidenta, que hasta en fines de semana sale de gira por el país, y en lugar de viajar en clase premier, lo hace en los espacios comunes donde está el resto del pueblo. No estoy diciendo que sea una santa ni nada por el estilo, pero algo debería aprender la del cabello rojo, porque ya se sabe cuánto gasta en sus viajes en aviones particulares y no es para nada una minucia”, aseveró doña Chela.

—Yo entiendo, abundó el poeta, que los gobernantes tienen que viajar a la Ciudad de los Palacios a reuniones de trabajo o a labores de gestión, pero el caso de la Ruca Gacha es recurrente. Todos los fines de semana se va a otras partes, hasta pareciera que no le gusta estar acá, como que ya está harta de todo y prefiere huir cada fin de semana”.

—Eres muy bondadoso al decir que sólo escapa los fines de semana, le corrigió don Memín al poeta. La verdad es que se va desde el jueves por la tarde, luego de sus falsas audiencias ciudadanas, y regresa el martes por la mañana sólo para encabezar su cada vez más ridículo programa de los martes. Sólo está dos días y los demás se las pasa fuera, por eso estamos como estamos y cada vez empeorando”, subrayó.