Con fama de corrupta

Mientras le lustraban los zapatos con los tradicionales boleros del Parque Principal, don Julián, el senecto exsirviente de la mansión blanca del Sátrapa Negro, acostumbraba dar una rápida hojeada a los periódicos del día, lo que acompañaba con los siempre certeros comentarios del lustrador profesional a quien todos conocen como Memín.

—¿Ya vio lo que dicen de su amiga la Tía Corrupta?, cuestionó intrigante Memín, mientras extraía de su caja los instrumentos para la limpieza y pintura de calzados.

Sin esperar respuesta, arrebató el ejemplar del Periódico Independiente al Servicio de la Provincia que don Julián tenía en sus manos y le mostró una nota a ocho columnas donde se leía con claridad:

“Presentan 7 denuncias contra la Tía Rata por desvíos por más de 120 millones de pesos cuando fungió como alcaldesa”.

Don Julián no pudo ocultar su sorpresa, emoción y hasta desesperación por enterarse de los detalles de esa información que daba al traste con todos los pregones cotidianos de la gobernanta del reino de la Culebra y la Garrapata, respecto a que jamás se había robado un peso y que era un dechado de honestidad y pureza.

Se dispuso entonces a disfrutar de la noticia: “Derivadas de diversas irregularidades administrativas que implican un daño patrimonial por casi 120 millones de pesos en agravio de la Alcaldía, la presidenta municipal en funciones  presentó siete denuncias ante la Fiscalía General de Justicia en contra de su antecesora, la hoy conocida como Tía Corrupta, y servidores públicos de su Gobierno, mientras estuvo al frente de la demarcación”.

Continuó: “Las denuncias contemplan los delitos de corrupción, ejercicio abusivo de funciones, desvío de recursos y enriquecimiento ilícito”.

La alcaldesa en funciones declaró entonces: “Todo este dinero era de programas sociales que tendrían que haberse destinado a los más necesitados de la Alcaldía y lo desaparecieron. Por eso estamos aquí denunciando y dando cuenta de ello. Es nuestro deber denunciar estas irregularidades porque es lamentable que se haya hecho mal uso de recursos destinados a la gente más vulnerable y afectada por la pandemia”, subrayó.

—¿Se acuerda de lo que nos contó anoche, don Julián? —preguntó Memín, y sin esperar respuesta, continuó— es lo mismo que hacía su papá, quien le quitaba el dinero a los más pobres. O peor, porque ahora son varios los integrantes de su familia los que están a cargo del dinero del pueblo. Y si allá en menos de dos años se llevaron 120 millones de pesos, acá seguramente que eso se lo clavaron en tan sólo el primer mes que llegaron al poder.

Don Julián ya no contestó. Sólo miró hacia el cielo mientras hacía cálculos mentales de todo el dinero que se ha robado la Tía Rata y su séquito de saqueadores en estos dos años…