Iván El Terrible
Hasta antes del inicio de la serie ante Mariachis de Guadalajara de este martes, restan al calendario ocho series, 24 partidos, cada uno de ellos trascendental para la novena de Piratas de Campeche.
Más allá de intentar romper la sequía de no estar en postemporada en cinco o seis años, estaría primero el tratar de evitar que esta sea la peor campaña en la historia del bajel filibustero como hasta ahora pinta en base a las estadísticas que acumula el club campechano.
Y es que reiterando, hasta antes del partido de hoy ante los jaliscienses, se está ante un panorama en el cual sólo medio juego separa al buque de salir del último lugar de la Zona Sur, pero también son sólo tres juegos y medio los que alejan al buque de ese ambicioso sexto lugar que otorga a su dueño el último boleto para avanzar a la ronda de playoffs.
¿Valdría la pena pelear por ello? A nivel directiva desde luego, más allá de lo deportivo, sería para salvar el prestigio y no tener en el currículum de cada uno de sus integrantes la mancha que les recuerde haber sido parte del grupo de gente de pantalón largo que armó un equipo con el que se jugó para la peor temporada en más de 40 años desde que el rey de los deportes llegó a Campeche.
Aunque eso no salvará a su actual presidente, Carlos Iván Pérez Marrufo, de ser señalado como un muy inferior directivo al frente de los bienamados Piratas, recordando lo que en contraparte su señor padre, Carlos Iván Pérez Ortiz, hizo en el mismo cargo, como armar a los inolvidables “Bombarderos del Golfo”.
Concretar los dos objetivos, para bien o mal, está al alcance del equipo si responde y juega como lo hizo en el último partido ante Algodoneros de Unión Laguna, en el que salvo el máscara Omar Rentería, todos conectaron por lo menos un imparable.
Hasta sorpresivamente lo hizo Diego Madero que está en una de sus peores campañas con la majagua, conectando en el momento oportuno para producir al igual que todos los extranjeros, mientras que Xavier Batista explotó y lució como nunca desde su arribo al bajel bucanero.
Del lado del pitcheo, las incrustaciones de Joshua Guzmán, Christian Prado y recientemente Henry Sosa, de forma tardía pero comienzan a darle a la rotación de abridores otra cara, todos ellos teniendo una labor consistente, incluso Guzmán haciendo lo que ya no se recordaba en un lanzador abridor, ganar en sus dos salidas, lo que fue posible por el respaldo ofensivo.
No obstante, prevalece también la sequía de bateo oportuno, sello que ha caracterizado a los filibusteros esta temporada.
La mediocridad y bajo nivel que hoy se observa en las consideradas organizaciones grandes, como Tigres de Quintana Roo e Incluso Leones de Yucatán, y que ha sido más notoria en las últimas campañas en Bravos de León, Guerreros de Oaxaca y desde luego Piratas de Campeche, hoy le da a este último la oportunidad de pelear y finalmente romper la sequía de postemporada. Increíble, pero cierto, un premio a la mediocridad. ¡Al abordaje Piratas!
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