Tribuna Campeche

Diario Independiente

La aparición de Xóchitl Gálvez: Outsiders

Sergio Aguayo Quezada

A la memoria del entrañable Porfirio Muñoz Ledo

Hay quienes presentan a Xóchitl Gálvez como la outsider que limpiará la política mexicana y nos dará seguridad. Reviso el enunciado.
Utilizo el anglicismo outsider porque describe de manera más precisa al líder carismático, percibido como alejado del sistema, que llega al poder con la promesa de hacer una limpieza a fondo de la vida pública.
Donald Trump se presentaba como el outsider que drenaría “los pantanos de Washington”, Vicente Fox prometía despanzurrar a las “alimañas, tepocatas y víboras prietas” del priísmo autoritario y Andrés Manuel López Obrador fustigaba con lengua flamígera a la “mafia del poder”.
Fox capituló y llenó de concesiones a las televisoras, concedió los permisos para que el país se llenara de casinos, y se alió con el PRI para archivar las comisiones de la Verdad que investigarían la corrupción priísta y las grandes violaciones a los derechos humanos. El pilón fue la recomendación que hiciera a Felipe Calderón: con el “narcotráfico no hay que meterse”.
López Obrador también cultivó la imagen del outsider. Rompió con el PRD para crear un movimiento regenerador que nos traería la paz en un semestre, y una Comisión de la Verdad que sentaría las bases para la justicia transicional.
Sus ofertas sobre seguridad eran creíbles porque, como jefe de Gobierno de la capital (2001 a 2005), incrementó los efectivos policiales y homologó su capacitación, dividió la ciudad en cuadrantes sin alterar el mando único y se lanzó contra los delitos de alto impacto. Tuvo buenos resultados.
Para 2004 ya se habían reducido en 35% los delitos en el corredor Reforma-Centro Histórico (como jefes de gobierno Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum también han dado buenos resultados en ese tema).
AMLO también claudicó con sus promesas sobre seguridad. Empoderó al Ejército y desapareció a la Policía Federal, concedió una amnistía de facto a los cárteles y se abstuvo de investigar y atacar las presuntas relaciones entre criminales y políticos de altos vuelos preservando, de esa manera, el pacto de impunidad, un factor clave en el empoderamiento criminal.
Uno de los paradigmas de ese pacto es Manuel Bartlett. Como secretario de Gobernación con Miguel de la Madrid protegió al director de la Federal de Seguridad, José Antonio Zorrilla, quien, según declaraciones ministeriales, le había entregado “charolas” a Rafael Caro Quintero y otros capos del Cartel de Guadalajara.
Acabo de recuperar evidencia que abre otra veta en ese tema. Hace días, una colaboradora encontró en un ejemplar de abril de 1985 de El Informador de Guadalajara la imagen de la credencial que acreditaba a “don Neto” como agente de la Dirección General de Investigaciones Políticas y Sociales (IPS) (hermana menor de la DFS). Estaba fechada en diciembre de 1984 y firmada por Oscar de Lassé, director de la IPS.
Lo importante del caso es que, en lugar de despedirlo y procesarlo, Bartlett protegió a De Lassé y le dio el encargo de organizar el sistema electoral paralelo utilizado para manipular el conteo de votos y cometer el fraude de 1988 contra Cuauhtémoc Cárdenas.
Luego se llevó a De Lassé a la SEP y al Gobierno de Puebla. Es inquietante la laxitud de AMLO frente a este y otros casos de presunta complicidad de criminales y funcionarios.
Así pues, Fox y López Obrador se desinflaron como los outsiders que limpiarían la mugre de nuestra vida pública.
A Xóchitl Gálvez se le presenta de esa manera. Es cierto que se ha negado a afiliarse a un partido y que su frescura contrasta con el acartonamiento de las cúpulas partidistas, pero esperemos a conocer y contrastar sus propuestas.
Si el objetivo es formular una estrategia de seguridad integral, partamos de que el futuro presidente o presidenta enfrentará a un crimen organizado empoderado y atrincherado a niveles sin precedentes.
Lo prudente es tejer y empujar una agenda de seguridad integral que tome en cuenta los errores y fracasos de los siete presidentes que, desde Miguel de la Madrid, han intentado domar a los criminales.
Una lección es que nuestra seguridad es demasiado importante para dejar que la monopolicen los presidentes y los militares; otra, que es insuficiente con ser un outsider para implementar una estrategia de seguridad que someta al crimen organizado y cierre las heridas infligidas.
@sergioaguayo
Colaboró Elena Simón Hernández.

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