ALIMENTEMOS NUESTRA SALUD ESPIRITUAL CON ORACIÓN
Además de cuidar la salud física hay que cuidar la salud espiritual por medio de la oración, la palabra de Dios, y los sacramentos, convocó el diácono Juan Isaac Mejía Evaristo, durante la celebración eucarística en la Catedral de Campeche, al destacar que sólo así se fortalecerá el espíritu para los embates de la vida, los problemas, y demás situaciones que vengan en nuestra existencia.
Ante fieles católicos y creyentes, dijo que cuando elevamos nuestra oración, nuestras súplicas y nuestro ser a Dios, los primeros rayos del día deben ser de gratitud porque despertaste, recuerda que la vida nos la dio Dios, así como las oportunidades.
“La eucaristía es una acción de gracias a Dios, y con la liturgia de la palabra alimentamos y fortalece la fe, entonces todos necesitamos alimentar nuestro espíritu, así como nos alimentamos físicamente tres veces al día, de cuidarlo y de ir al médico en caso de estar enfermos”. Hay que recordar que el centro y culmen de la Iglesia Católica es la eucaristía, la santa misa donde Cristo se hace presente con su alma y divinidad.
Todos pasamos por momentos difíciles, pero si nuestra fe es tambaleante, si es débil nos va a llevar por caminos diferentes, es primordial fortalecer el espíritu para los embates de la vida, para los problemas, para las situaciones que vengan en nuestra existencia.
Según la lectura del profeta Malaquías, en su versículo cuatro, “para ustedes, que me respetan, la justicia brillará como el sol y les traerá mi salvación. Entonces ustedes saltarán de alegría, como saltan los terneros cuando salen del establo”, al respecto, Mejía Evaristo dijo que cuando dice que brillará el sol de justicia, se refiere a Jesús, los profetas siempre son los portadores de la palabra de Dios.
En este sentido informó que al finalizar el tiempo litúrgico comienza el Adviento después de la fiesta Cristo Rey del Universo, con el primer Domingo de Adviento entraremos a la preparación de la Navidad y se escucharán a profetas que nos van anunciando la próxima llegada o recordar la venida de Jesús nacido en Belén, pero también nacido en nuestros corazones.
Asimismo, llamó a no echar en saco roto la palabra de Dios, hay que escucharla y hacerla nuestra, la palabra de Dios siempre irá en la línea de corregirte, de amarte, de enseñarte, y llevarte por caminos de bondad, de justicia, de amor, por caminos de paz, del bien, y “apartarte de todo lo que te daña y daña a los demás, el odio, el resentimiento, la envidia, la rencilla, la soberbia, el pecado y la maldad, por mencionar”.
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