Tribuna Campeche

Diario Independiente

Malos, hasta los semáforos

Lo que mal empieza mal acaba y se supone que desde el momento en que pusieron en servicio los semáforos debieron verificar que todo anduviera en orden. ¿Quién responderá por los daños que puedan presentarse?

Con los ojos cuadrados, sudando frío y evidenciando el pánico por sus ojos, don Memín, el rechoncho y más popular bolero del Parque Principal, llegó sumamente encabritado a la reunión vespertina con sus amigos. Estuvo a punto de ser atropellado por un camión urbano por culpa de esos “semáforos inteligentes” que mandó a instalar la Momia Guanajuatense, y que tienen de inteligentes lo que ella de honesta.

—Me salvé de puro milagro, exclamó el regordete personaje, mientras tomaba aire en una de las bancas del Parque. Toda la ciudad es un caos, se prenden al mismo tiempo los focos verdes para el paso peatonal, y para que avancen los vehículos, así que, como a la antigüita, no nos queda más que esquivar el golpe o esperar a que no vengan más carros para poder cruzar” narró nervioso aún por el susto.

—A ese dato agrégale que se redujo el tiempo del semáforo en verde, por lo que, lógicamente que se incrementó la espera de los conductores de vehículos para poder avanzar. No hay sincronización, por lo que en el siguiente cruce tienes que esperar de cinco a 10 minutos más y así sucesivamente. Si antes tomabas de 15 a 20 minutos para llegar de tu colonia al centro de la ciudad, o viceversa, ahora te llevas de media hora a 45 minutos y yo no sé que tenga eso de inteligente o de modernización” argumentó el poeta Casimiro.

—Aún estamos en periodo de prueba, justificó don Julián, quien coincidió en que aumentó la espera en los cruceros para que pueda ponerse en verde el semáforo. “Pero supongo que eso se va ir corrigiendo paulatinamente y en unas cuantas semanas, para cuando se pongan en servicio los camiones de Co’ox, la semaforización va estar al cien por ciento”.

—Usted me va perdonar, le contestó doña Chela, pero lo que mal empieza mal acaba y se supone que desde el momento en que pusieron en servicio los semáforos debieron verificar que todo anduviera en orden. O dígame usted, cuestionó, si a don  Memín le hubiera pasado encima el camión ¿de quién iba a ser la culpa? ¿Del chofer o del operador de los semáforos? Al final los que terminamos pagando seguiremos siendo los ciudadanos” se quejó.

—La única culpable es la Momia Guanajuatense, respondió de inmediato don Memín, ya que si ella sabía que los semáforos venían fallados, debió poner en marcha una logística con los agentes de vialidad a fin de garantizar ante todo, la seguridad ciudadana, pero como todo lo hacen mal, hasta los semáforos les salieron malos”.

—De esa vieja argüendera, cobarde y corrupta no podemos esperar más que resultados pésimos y lo de los semáforos la pone en evidencia una vez más. Ojalá que se audite cada peso de los millones que dicen que costo lo que ostentosamente presumen como “semáforos inteligentes” pero que no fue más que pintar de guinda lo que ya estaba antes para presentarlos como nuevos. O sea otro chanchullo más de esta bola de corruptos” estalló doña Chela.

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