Momia ridícula

Nunca va a entender que, junto con la Tía Rata, son las más repudiadas por el pueblo. Vive entre mentiras, con el halago falso de sus subalternos y los aplausos rentados de las páginas digitales a las que suelta migajas…

Tremenda exhibida le dieron a la Momia Guanajuatense durante la pasada reunión regional de gobernantes que tuvo como sede nuestra capital, y en el que, fuera de tomarse la foto juntos y comer camarones en sus diversas presentaciones, no hubo nada beneficioso para el pueblo, salvo el nuevo ridículo de la comadrita de la senecta mandataria, narró el poeta Casimiro a sus amigos de tertulia.

—Dispense usted mi ignorancia, respondió don Memín, el rechoncho bolero del Parque Principal, pero esta vez ¿a qué ridículo te refieres mi siempre respetado escritor de poemas?

—Pues resulta que la anciana comandanta policiaca no se separó para nada de su homólogo del reino de las cabezas gigantes, del faisán y del venado. Dicen que le quería sacar todos sus secretos, pues como bien sabemos, ese comandante se ha mantenido en el cargo en los gobiernos azules, tricolores y ahora guindas, y es reconocido como uno de los mejores estrategas de seguridad en la nación”, respondió Casimiro.

—“La vieja comandanta seguramente que quiso aplicar ese refrán que dice ‘dime con quién anda y te diré quién eres’, y supuso que juntándose con el mejor jefe policiaco de la región, algo se le iba a pegar, pero lo único que logró es que los asistentes cuestionaran cómo es que ella, siendo tan inepta, corrupta y fracasada, ostente más estrellas en su uniforme, que su homólogo que realmente tiene los méritos de sobra”, expresó doña Chela.

—“Tal vez ese haya sido el peor de sus ridículos durante la reunión de los tatiches de la Península, coincidió el poeta. No sólo los asistentes se mofaron de la cantidad de estrellas que presume la Momia Guanajuatense, sino que en las redes sociales le pegaron con todo y exhibieron una vez más su ignorancia al apropiarse condecoraciones falsas solo para llamar la atención” complementó el poeta Santanero.

—“Como bien sabemos todos, intervino don Julián, la funcionaria más querida por nuestra senecta gobernante ha violado todos los ordenamientos que regulan el tema de los uniformes, de las condecoraciones y de los reconocimientos, creyendo que de esa manera nos vamos a olvidar de su ineptitud, de su corrupción y de su prepotencia. Nunca va a entender que, junto con la Tía Rata, son las más repudiadas por el pueblo. Vive entre mentiras, con el halago falso de sus subalternos y los aplausos rentados de las páginas digitales a las que suelta migajas para que le digan que es la más bella y la más eficiente. Quien quiera vivir engañado, que con su pan se lo coma”, sentenció.

—“Muy de acuerdo con lo dicho, respondió don Memín, pero ojalá que entre los acuerdos que tomaron las y los gobernantes de la región, se establezca que los comandantes policiacos no deben estar ostentando condecoraciones de oropel, y si quieren seguir en sus puestos, que demuestren con hechos que son capaces”, exigió.