CIUDAD DE MÉXICO, (Noticias Caracol y Centro Latinoamericano de Investigación Periodística, CLIP/El Universal).- El capítulo colombiano del escándalo internacional de Odebrecht parece no tener fin. Desde 2008 hasta 2015, la multinacional brasileña de ingeniería pagó alrededor de 56 millones de dólares en sobornos a políticos y funcionarios públicos sólo en este país sudamericano para quedarse con varios contratos de obra y ventajas en negocios futuros.
En el último año, la Fiscalía ha imputado a un centenar de personas. Pese a los avances, la justicia colombiana aún no termina de identificar a todos los receptores de los multimillonarios sobornos, ni de esclarecer íntegramente las rutas sinuosas de estos dineros ilegales.
Una investigación transfronteriza encontró un actor hasta ahora no identificado en la trama judicial de Odebrecht en Colombia: el narcotráfico.
Son conocidos los prontuarios criminales de algunos intermediarios que contrató la multinacional para repartir sobornos o hacer lobby ante las autoridades y favorecer sus intereses, como Otto Bula
El trabajo periodístico revela vínculos de lobistas con la mafia que hasta ahora han sido omitidos por la justicia. Desnuda además operaciones vinculadas a tres fincas que revolvieron coimas y narcodineros en la misma máquina lavadora.
El trabajo colaborativo hace parte del proyecto Narco Files: El Nuevo Orden Criminal, una investigación periodística transnacional sobre el crimen organizado global, a partir de una filtración de correos electrónicos de la Fiscalía General de la Nación de Colombia.
Los directores de Odebrecht no vieron problema en pagar millones por la intermediación y cabildeo a lobistas como Federico Gaviria y el exsenador Bula, pese a sus nexos oscuros.
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