Tribuna Campeche

Diario Independiente

¿Salida digna?

En Campeche todos sabemos que los males mentales que aquejan a nuestra gobernadora no son de ahora, sino que datan de hace mucho, y que han empeorado con el paso del tiempo…

Llaman la atención dos temas de la “agenda legislativa” que presentó la bancada de Morena en el Congreso del Estado, para el actual periodo ordinario de sesiones. Uno tiene que ver con “Reformas a la Ley de Salud Mental para el Estado de Campeche”, y el otro se refiere a reformas que se propondrán al Código Civil en materia de interdicción.

No sabemos si ambas propuestas legislativas tienen relación alguna con la evidente inestabilidad psicológica y mental que ha presentado la gobernadora Layda Elena Sansores San Román —vive en una realidad fantasiosa, diferente al mundo real en que todos habitamos, por ejemplo—, y que la convertirían en una persona no apta para desempeñar el cargo que ostenta.

Se define al estado de interdicción como “una restricción desproporcionada al derecho a la capacidad jurídica de una persona producto de alguna discapacidad”, esencialmente, alguna insuficiencia mental.

El juicio de interdicción consiste en “declarar a una persona incompetente para manejarse en forma autónoma, debido a limitaciones o alteraciones de la inteligencia que les impide gobernarse o manifestar su voluntad, por lo cual es necesario nombrar a otra persona que la represente legalmente”.

Si a un gobernante en funciones se le demuestra que tiene severos problemas mentales, el Congreso del Estado puede promover el juicio de interdicción para separarlo del cargo, y designar en su lugar a alguien que sí pueda desempeñarlo.

Si ese es el objetivo de las propuestas de la bancada morenista, podríamos retirar todos nuestras anteriores calificaciones para con los diputados guindas, y empezar a catalogarlos como visionarios y casi héroes de nuestra patria chica, pues en Campeche todos sabemos que los males mentales que aquejan a nuestra gobernadora no son de ahora, sino que datan de hace mucho, y que han empeorado con el paso del tiempo. 

Por tanto, no es una persona capaz para desempeñar el cargo, y así se ha demostrado en estos tres años y medio que está al frente de los destinos de Campeche y desde mucho antes, cuando recurría a la violencia para cachetear, por ejemplo a alguno de sus críticos.

Qué más quisiéramos que además de las reformas a la Ley de Salud Mental, los diputados del Congreso aprobaran una reforma a la Constitución Política del Estado para imponer como requisito insalvable, la práctica de estudios psiquiátricos y psicométricos a quienes aspiren al cargo, a fin de impedir que de nueva cuenta nos pueda llegar a gobernar alguien que evidentemente tiene severos problemas en ese tema.

Ya hemos padecido mucho en estos tres años, y hay que prevenir que las generaciones futuras se vuelvan a enfrentar al mismo problema.

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