Tribuna Campeche

Diario Independiente

A fuego lento: ¿Primero los pobres?

Enrique Pastor Cruz Carranza

Como si fueran un espejo de las tablas bíblicas con mandamientos signados con los rayos olmecas y asesoría de reyes mayas sobre las maderas del mesías de los pantanos, se fue escribiendo una historia de mitomanías, hipocresía y falsos compromisos con tal de escalar al poder político nacional.
Y ya logrado el avieso objetivo —gracias supremo Trump—, la misión ha sido destruir todas las naves jurídicas, democráticas y legales con el único afán de consolidar un maximato que termine convirtiendo a nuestro México en copia burda de regímenes dictatoriales como en Nicaragua, Venezuela o Cuba.
La bandera de honestidad valiente y la picardía ruin de presumir solamente tener un billete de 200 pesos y un Tsuru para llegar al Palacio Nacional, se han derrumbado como un castillo de pureza y naipes, con las constantes revelaciones periodísticas de investigación como Latinus, lo documentado por Mexicanos Contra la Corrupción en casas de gris decencia, o la valiente edición de Luz Elena Chávez en su libro “El Rey del Cash”, mientras se minimiza la corrupción y destrucción ecológica sin precedentes en las obras del Tren Maya, la refinería submarina de Dos Bocas y el elefante de las tlayudas del Aeropuerto “Felipe Ángeles”.
No puede existir un pobre ingenuo trasquilado en su larga trayectoria política nacional con una impunidad extraordinaria, como Ignacio Ovalle que destaca Segalmex con mayor extremosidad como lo realizó desde su adopción por Luis Echeverría, y en Conasupo lo perfeccionó en grado superlativo.
Ni qué decir del ingeniero agrónomo habilitado como perforador petrolero que, aliado de Felipa Guadalupe Obrador, Laydita y la mafia del huachicol, tiene convertido Pemex en la caja grande para realizar las mismas acciones de financiamiento ilegal de campañas anticipadas de la corcholata de la coleta oficial, similar a las funciones que durante más de una década realizó la poderosa empresa Oceanografía para el PRIAN-Panal-Los Pinos.
Es triste ver cómo se fomenta sobrevivir con los programas sociales politizados que garantizan los votos cautivos, para pagar con cargos de elección a la fauna de acompañamiento y advenedizos, siempre y cuando se sublimen en mansedumbre y arrastren sin recato frente al becerro de oro, plata y robos sin escrúpulos.
La violación a las leyes electorales no tiene parangón, y lo que ayer desgarraba las vestiduras reclamando respeto, al estar en el poder se violenta sin escrúpulos para jugar con las expectativas de los aspirantes sutiles a ser los lacayos de hoy y los Bruto de mañana.
Duele ver la gran devastación de selvas y tala para seguir haciendo fortunas faraónicas, mientras se violentan los equilibrios de la arquitectura de la naturaleza y se crean grandes áreas casi desérticas para imposibilitar la agricultura, ganadería y producción con sentido de responsabilidad y sustentable.
Los pobres campesinos quedan desamparados siendo parte de esos flujos migratorios a los Estados Unidos, para después escuchar la presunción de generar millones de remesas que refrescan la economía nacional.
Los mares y sus pescadores olvidados a su suerte, sin apoyos para mantener su productividad, buscando justificar la importación de productos de granjas de Asia que ni los chiqueros de esas regiones comen, pero el negocio para los pobres incondicionales es primero.
La crisis en seguridad nacional se ha convertido en los pretextos para que la secretaria del ramo y exreportera de La Jornada (“El Granma” de la 4T) juegue con las cifras de los desaparecidos, ejecutados y fosas, como si tener un muerto menos en cada cifra semanal fuera un logro colosal en una nación-panteón nacional que agravia.
El camino de Dante al tours infernal estaba pavimentado de buenas intenciones, pero la realidad de nuestra patria supera toda canallada para violentar las leyes, si en ello se cristalizan las venganzas contra los llamados adversarios. Los que no renuncian a su dignidad se niegan ser parte de la caligulesca gestión donde los límites de la autoestima no existe y el pragmatismo sin escrúpulos es sinónimo de éxito.
Pobres nuestros niños a quienes se pretende adoctrinar con visiones de mediocridad, sin aspiración de superación y la sentencia de depender de un mesías atrofiado, es la consigna didáctica puesta en marcha por asesores venezolanos enviados por el orate que habla con los pajaritos enviado por Chávez.
Esos niños enfermos de cáncer que se convierten en “golpistas” por reclamar su derecho de vida y atención médica del sistema que envidian en Dinamarca, cuando los recién nacidos de Casa Grande ven la primera luz de vida en clínicas de Houston y se ilustran en las burguesas instituciones de la Corona Inglesa, pues sus aspiraciones son un derecho humano inalienable.
Primero los y las pobres aspiraciones de esas ambiciosas corcholatas que, como sucedía con Miguel de la Madrid en los relatos del libro “Que la nación me lo demande” del periodista exgobernador de Yucatán Carlos Loret, nos relató los circos montados por los integrantes del gabinete.
El “Pescuezo” Pesqueira, El Orejas Salinas, la voz de Ramón de “Torres Mochas“ y las jaranas del yucateco y casi un Travolta bailarín Emilio, reconfortaban a don Miguel para relajarlo de sus tensiones e intrigas de Manuelito Bartlett, otro pobrecito ejemplo de impunidad valiente en las joyas de la 4T.
Hoy son los poemas épicos, zalameros, ridículos y bubónicos de su extraordinaria “Laydita la campechana”, las creaciones sin recato del periodismo de los mininos de “Chucho el Roto” de Monsiváis, o la dramática actitud de Claudia, a quien muchos analistas visualizan calificándola de una “Titina”, sin personalidad propia y manejo denigrante para el género y vergüenza femenina.
¡Sí, primero los pobres forajidos de la cofradía! Los inescrupulosos, rastreros, indignos, ladrones y tránsfugas de la ley aliados y reconvenidos por la mano del torvo poderoso.
Los demás estarán condenados a estar fuera del privatizado Palacio Nacional del “rey” López Obrador por la gracia de su 4T y fanáticos del exterminio nacional.
Barruntos de la tormenta perfecta se ven en el horizonte del 2024.
Así como se crearon las condiciones trágicas en la sucesión de 1994 con crímenes políticos, levantamientos armados y terror, la maldad está tejiendo sus redes contra nuestro aún México de instituciones, libertad, tolerancia, democracia sin armas, represión y sangre.

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