¿Libertad de opinión?

La Ruca Gacha supone que todos los empleados de Gobierno son sus esclavos, o que por el hecho de cobrar en la nómina gubernamental, automáticamente los convierte en borregos guindas y eso es erróneo…

Se filtró en redes sociales una publicación del austriaco titular de Obras Públicas, en que ordena a todo su personal crear cuentas de X (antes twitter), seguir a la Tía Rata y a la Emperatriz Claudia, retuitear todas las publicaciones de ambas  personalidades, y enviar corazoncitos y likes al programa “Martes de la Rata”, para apoyar de manera incondicional a la nefasta, cínica y corrupta mandataria, narró el poeta Casimiro a sus amigos de tertulia.

—“Es una flagrante violación al derecho que tenemos todos los ciudadanos a  tener libre opinión, a la libre asociación e incluso al derecho a disentir que está vigente en todas las sociedades modernas y democráticas”, razonó don Memín, sorprendiendo a sus interlocutores por la claridad y contundencia de su exposición.

—“Siguiendo con tu lógica, complementó don Julián, si en el reino de la Culebra y la Garrapata no están garantizadas esas libertades, tanto a disentir como de pensamiento,  de opinión, de expresión o de asociación, entonces quiere decir que no vivimos en una sociedad moderna ni democrática, sino en una cavernaria, prehistórica, de aquellos siglos en donde quienes pensaban diferente eran enviados a la hoguera por la Santa  Inquisición. Me pregunto si esto es la cuarta transformación o es un muy grave retroceso”, señaló.

—“Una cosa es que tengamos como gobernanta a la más vieja de los políticos activos del partido guinda, a una senecta que tiene costumbres antediluvianas, y otra muy diferente que nos quiera imponer las prácticas que implementaba su papá, expresó doña Chela. Deberían los trabajadores de Obras Públicas acudir a alguna instancia judicial para denunciar ese acoso laboral a que los somete el troglodita austriaco que tienen como jefe”.

—“Yo entiendo que muchos por miedo a perder la chamba obedecen esas aberrantes instrucciones, complementó el poeta Casimiro. Y lo que preocupa es que no sólo en Obras Públicas se imponen esas exigencias, ocurre en todas las dependencias. La Ruca Gacha supone que todos los empleados de Gobierno son sus esclavos, o que por el hecho de cobrar en la nómina gubernamental, automáticamente los convierte en borregos guindas y eso es erróneo. Debería la Comisión de Derechos Humanos pronunciarse al respecto y advertirle a este Gobierno retrógrada que los burócratas estatales también son ciudadanos, que tienen vigentes todos sus derechos, y no lo pierden solo por cobrar en el Gobierno”.

—“Este hecho también nos demuestra, concluyó el rechoncho don Memín, que los likes de apoyo a la anciana maquiavélica son falsos, rentados y obligados. Y no tengo la menor duda que si los empleados estatales tuvieran verdaderamente libertad de expresión, denunciarían las corruptelas, ilegalidades y abusos que ocurren en sus áreas de trabajo. Esto nos confirma que tenemos al peor Gobierno de toda la historia”, lamentó.