Tribuna Campeche

Diario Independiente

Layda sin disfraz

Es mujer irreverente, terca, majadera y muy rica, instrumento de López Obrador, al que de sus mañaneras imita con su Martes del Jaguar, denunció fraudes electorales que nunca demostró y es feroz jueza en la plaza pública.

Pero la revista Proceso reveló el entramado oscurísimo de corrupción, delitos, espionaje, hostigamiento a la prensa, traiciones, nepotismo y violencia que la rodea. Es su vida una triste historia de vanidad, egocentrismo, abusos, excesos e injusticias.

Espía, espiada, otro de sus lunares negros

Pablo Majluf
(De la revista Etcétera).

Como muchas figuras del régimen obradorista, el disfraz de outsider que Layda Sansores ostenta es sólo un subterfugio populista para ejercer el poder en nombre del pueblo oprimido. ¿Qué mejor máscara que la de no ser parte de la casta opresora sino representante legítima de la subclase oprimida?
Muy pocos realmente vienen de afuera del establishment. Casi todos, incluido López Obrador, son primero que nada engendros del viejo PRI –el PRI hegemónico– y luego reciclajes de su escisión nacionalista, el PRD. La mayoría viene de la corriente más antidemocrática del antiguo partido de Estado y siempre ha vivido en y del sistema.


Layda Sansores nació en pleno seno del poder priísta, en los palacios y corredores de la familia posrevolucionaria, cuando era una monarquía hereditaria y transexenal. Su padre, Carlos Sansores –el famoso Negro– no sólo fue diputado y senador priísta, fue presidente nacional del PRI en pleno lopezportillismo, acaso la peor época del partido, y antes, en pleno echeverrismo, gobernador de Campeche, desde donde construyó un poderoso grupo local. Ese título ahora lo ocupa su hija Layda, típico en las dinastías políticas locales que se pasan el poder en línea vertical de una generación a otra.


Cuando era apenas una jovencita en sus veintes, su padre ya era gobernador, que en México es cercano de un virrey o señor feudal. Así, Layda nació y creció con todos los privilegios palaciegos imaginables. Privilegio en el sentido estricto (privi: privado; legium: ley; ley privada, la ley exclusiva de la corte del rey), no en la tergiversación de la palabra que hoy usa el populismo para tildar de aventajados a quienes con mérito y esfuerzo salieron adelante.


Algo de eso se conecta con su exuberancia, con esa voluptuosidad concupiscente con la que amenaza devorar, por placer o venganza, a quien se deje. Me recuerda al Esquema de Salomé de Ortega y Gasset, sobre el viejo arquetipo bíblico:


La planta de Salomé nace sólo en las cimas de la sociedad. Su educación, en un ambiente de prepotencia, ha borrado en su espíritu la línea dinámica que separa lo real de lo imaginario. Como para ella desear es lograr, han quedado atrofiadas en su alma todas aquellas operaciones que los demás solemos ejercitar para conseguir la realización de nuestros apetitos. Las energías, de esta suerte vacantes, vinieron a verterse sobre la turbina del deseo, convirtiendo a Salomé en una prodigiosa fábrica de anhelos, de imaginaciones, de fantasías. ¹


Los lujos y el poder la siguieron en su vida de adulta en ausencia de su padre. No sólo fue también diputada priísta en dos ocasiones y luego senadora perredista, sino que su inmensa fortuna está ampliamente documentada.² Su propia declaración patrimonial lista 16 propiedades y cinco vehículos de lujo, parte de ello —por confesión propia— adquirida en efectivo. Según El Financiero, “tiene una colección de relojes, pulseras, aretes, dijes, cadenas y anillos con valor de 800 mil pesos de contado. Una colección de pinturas y esculturas con valor de un millón de pesos. Una colección de muebles propios para sala, comedor y antecomedor por un millón de pesos”.


Los medios locales también han documentado la fortuna del cacicazgo heredado. TRIBUNA de Campeche, reportó que “en la exclusiva playa privada San Lorenzo” que Layda Sansores heredó de su padre, a menudo se observan “autos y camionetas de lujo, vehículos blindados, guardias de seguridad por todas partes, instalaciones recién remodeladas, amplias palapas con hamaqueros y camastros para los invitados y amigos de la gobernadora, confortables habitaciones climatizadas y un remodelado muelle particular para que puedan aparcar los yates de los juniors del sansorismo”. ³


Eso es público ahora. Pero desde que era legisladora, ya era señalada por sus enormes gastos personales con cargo al erario —en una ocasión por más de 700 mil pesos⁴—, que no han sido aclarados, además de una acumulación paulatina de inmuebles no declarados que, según compañeros de su propio partido, como el exdiputado Alejandro Rojas Díaz Durán, suma cerca de 83 propiedades, todas adquiridas con efectivo, por lo que fue bautizada como la reina del cash, a semejanza de su mentor, López Obrador.⁵

Necesita un Herodes

El Esquema de Salomé necesita un Herodes, quien consiente y mima a la hija hasta la ruina. Naturalmente es la figura paterna —en el caso de la Salomé histórica, Herodes Antipas⁶—, ante cuya eventual ausencia, Salomé se entrega a un fantasma que lo sustituya.


…Echa de menos el soporte material sobre el que pueda descargar su creación fantasmagórica, y, como quien prueba trajes a maniquíes, ensaya el irreal perfil de ensueño sobre los hombres que ante ella transitan. […] Un día de entre los días, cree, por fin, Salomé haber hallado en la tierra la incorporación de su fantasma.⁷


El fantasma al que Layda se entregó desde joven fue Andrés Manuel López Obrador. Ya compartían el origen echeverrista en el PRI: la afinidad ideológica es constante y reiterada. Posteriormente, tomaría de él las formas de hacer política, particularmente la electoral.


Tras la escisión priísta de 1988, López Obrador se afilió al PRD para oponerse al salinismo y las reformas liberales. Layda continuó algunos años en el PRI —incluso fue diputada—, pero cuando el PRI le negó la candidatura a la gubernatura de Campeche en 1996, López Obrador —nuevo dirigente nacional del PRD—, la invitó a afiliarse, postulándola como candidata del nuevo partido. Layda perdió esa elección con 6.8% frente al PRI, pero alegó fraude, replicando exactamente el mismo alegato que López Obrador dos años antes en la elección de Tabasco de 1994, el mismo que posteriormente ensayarían juntos en las elecciones presidenciales de 2006 y 2012.


En lo que ahora parece prólogo, Layda organizó un frente multitudinario de resistencia civil en el Estado, acompañada de las tradicionales organizaciones de protesta, marchas y mítines, e instaló durante ocho meses un campamento en la Plaza de la República de la capital de Campeche, algo muy parecido al cierre de Reforma que López Obrador ordenó en 2006. Ninguno de los fraudes ha sido demostrado, pero la mella y la duda quedaron sembradas en parte del electorado y de la opinión pública hasta hoy. Siempre, detrás, la figura de López Obrador.


Desde entonces Layda —con un breve interludio en el Partido Convergencia, con el cual volvió a perder la elección estatal— siguió fielmente a su fantasma hasta que juntos llegaron al poder en 2018. Él como uno de los presidentes más poderosos de la historia; y ella, primero, como alcaldesa de Álvaro Obregón en la Ciudad de México y, finalmente, en 2021, como gobernadora de Campeche.


En una conferencia mañanera para presentar los avances del Tren Maya, nuestra Salomé le dedicó una oda a su Herodes:


Hermano Andrés, este corcel metálico que sólo un corazón intrépido como el tuyo fue capaz de soñar y de parir, traerá desarrollo a nuestra tierra. Rescataremos nuestra lengua maya y nuestra cultura ancestral donde se conservan las pisadas de nuestro pueblo. Ese caballo de fuego, veloz, extraordinario, a quien trasplantaste tu alma, con su coraza metálica traspasará brechas del progreso sin fronteras para que al fin llegue la justicia.


Gracias, Andrés, Presidente, por habernos dado la oportunidad de escribir un renglón en la larga historia de batallas pacíficas y eternas que tú has encabezado. Andrés Manuel, hijo del maíz y del rayo restaurador, hijo de los cuatro puntos cardinales, tú que llevas 32 soles en el alma, no olvides nunca cuánto te ama tu pueblo.⁸

Ofrendas al fantasma

El problema para Salomé, dice Ortega y Gasset, viene con aquellos hombres que no encajan en su modelo de Herodes, aquellos que desenmascaran su ilusión fantasmagórica. “La tragedia se dispara inevitablemente, como una reacción química de índole explosiva”. A aquellos, debe destruirlos como ofrenda a su fantasma.


Sería ese un buen resumen de la gubernatura de Layda Sansores en Campeche: cabezas de opositores en charolas de plata como ofrendas para López Obrador. Esa es la función que ha jugado.


Temprano en su gestión inauguró su versión local de la conferencia mañanera, los Martes del Jaguar, donde ella es el jaguar que exhibe a sus presas en juicios sumarios en plaza pública. Desde ahí ha conducido una campaña de persecución política, fincada en el espionaje ilegal de conversaciones telefónicas —probablemente con ayuda del Centro Nacional de Inteligencia y de las Fiscalías General y Estatal⁹—, contra opositores y adversarios coyunturales de López Obrador.


El más perseguido ha sido Alejandro “Alito” Moreno, exgobernador de Campeche y dirigente nacional del PRI, cuya corrupción también está ampliamente documentada, pero dirige el segundo partido más grande de la alianza opositora, votos que bastan para darle o quitarle la mayoría calificada al régimen en reformas constitucionales en el Congreso. Así, Layda fungió como instrumento de intimidación para voltear a Alito a favor del régimen y al mismo tiempo quebrar a la coalición. En una ocasión, amenazó con publicar supuestas fotos que diputadas del PRI desnudas le habían mandado a Alito.


Otro perseguido y espiado fue el senador de su propio partido, Ricardo Monreal, coordinador de los senadores morenistas, en un momento en el que no sólo fungía como un dique de contención en el Senado —una suerte de opositor interno sin el cual ninguna reforma prosperaba—, sino un aspirante presidencial confrontado con la predilecta de López Obrador, Claudia Sheinbaum.


Sin embargo, la campaña no tuvo éxito y las cabezas no rodaron. En lugar de doblarse, los perseguidos resistieron. Alejandro Moreno ganó un amparo que obligó a Layda Sansores a retirar toda la comunicación obtenida ilegalmente, el Tribunal Electoral la sancionó por violencia política de género contra las diputadas del PRI, ninguna de las reformas constitucionales pasó en el Congreso y, al momento, la alianza opositora sigue en pie. Peor: tuvo un efecto búmerang. A finales de enero del 2023, Proceso publicó conversaciones de la propia Layda que revelaron un entramado oscurísimo de corrupción, delitos, espionaje, hostigamiento a la prensa, traiciones, nepotismo y violencia.¹⁰

Salomé exhibida

No se sabe quién espió a la espía y filtró sus comunicaciones a Proceso, pero quedó expuesta. Se hizo público que financió con dinero ilegal su propia campaña a la gubernatura —lo cual se corroboró con videos de sus funcionarios recolectando sobres con efectivo en el clásico modus operandi obradorista—, que amedrenta a los medios locales, que utiliza un sistema de espionaje robado al Gobierno Federal, que violó leyes estadunidenses al desencriptar la plataforma de Whatsapp para espiar, y que amenaza a sus adversarios.


Las conversaciones privadas con sus colaboradores cercanos, sus familiares y su fiscal, desvelan a una tirana histérica, violenta y corrupta, poseída por una lengua vulgar y pedestre. La voz real, confirma el discernimiento de Ortega y Gasset: “toda Salomé arrastra en medio de la opulencia una vida malhumorada, displicente, y macerada por la acritud”. Destaca con particular ejemplaridad, su amor por el pueblo y la prensa:


Pinches yucatecos de mierda no tienen madre. Me agarraron los reporteros saliendo del informe de Vila […] Dile a Walas que quiero muchas travesuras con la prensa, ¿No les pagan? ¿O qué? […] Ofréceles más dulces a los medios. Te encargo mucho, te doy mañana el efectivo que necesites en México. ¹¹
Qué otro destino podría aguardarle a la Salomé que ha entregado su corazón a una añoranza fantasmagórica de poder y privilegio. Todo el merengue de poesía cursi en sus odas mañaneras, la preocupación por los sagrados mayas, los bailes, el maquillaje, el tinte, el bisturí, y más que nada el disfraz de representante moral del pueblo —la máscara de una nueva casta política impoluta que llega al poder para reivindicar a los oprimidos—, se cayeron. Y se asomó la verdadera Layda.

¹ Esquema de Salomé. Ortega y Gasset. Revista mensual, Madrid. 1921.
² https://www.elfinanciero.com.mx/nacional/2022/10/27/de-autos-a-joyas-de-lujo-estos-son-los-bienes-que-layda-sansores-pago-de-cash/
³ https://tribunacampeche.com/local/2023/04/09/derroche-y-lujos-en-san-lorenzo/
⁴ https://www.infobae.com/america/mexico/2022/10/27/layda-sansores-compro-casas-y-autos-de-lujo-al-contado-segun-su-declaracion-patrimonial/
⁵ Ídem.
⁶ El padre biológico de Salomé también era un Herodes: Herodes Filipo I, pero la figura en el esquema fue su padrastro, Herodes Antipas.
⁷ Esquema de Salomé. Ortega y Gasset. Revista mensual, Madrid. 1921.
⁸ https://twitter.com/LaydaSansores/status/1640490513953435654
⁹ https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/raymundo-riva-palacio/2023/01/30/el-espionaje-de-layda/
¹⁰ https://www.proceso.com.mx/nacional/politica/2023/1/24/chats-exhiben-ahora-layda-sansores-revelan-como-se-infiltro-su-sobrino-con-alito-300921.html
¹¹Ídem.

¡Comparte esta nota!