Un agente golpeado y un pescador herido por arma de fuego, arrojó una situación que se salió de control, cuando dos miembros de la Policía Estatal Preventiva (PEP) frente al muelle ribereño de la colonia Kila, en Lerma, detuvieron a un pescador presuntamente ebrio, y al ser reconvenido por los pobladores para que lo liberaran y no atender ese ruego, lo agredieron. En defensa un uniformado detonó su pistola y su compañero corrió y huyó.
Los hechos ocurren dos semanas después de que un joven detenido por robo falleció en las instalaciones de la Secretaría de Protección y Seguridad Ciudadana (SPSC), al que en lugar de llevarlo a un hospital a que recibiera atención médica, lo dejaron en los separos. Ayer volvieron a fallar los protocolos de la PEP.
Alrededor de las 17:00 horas, narraron testigos presenciales, policías estatales a bordo de la patrulla número 533 le marcaron el alto en la calle 20 frente al refugio pesquero a Juan Carlos Rebolledo. Guiaba una moto acompañado de un amigo, el que llevaba unas cervezas. Detuvo la marcha y comenzó la discusión con los policías.
“No tenía porque detenerme. No estaba ebrio, y por esa razón me hice cargo de trasladar a un compañero. Estos señores actuaron mal. En definitiva no tenían porque abusar de su cargo y amedrentarme”, manifestó Rebolledo.
Enmedio del alboroto, los oficiales sometieron a Rebolledo, a quien presuntamente sin razón esposaron y subieron a la patrulla. En pocos minutos se sumaron decenas de ciudadanos y pescadores que conviven en ese sector, entre adultos mayores, tanto hombres como mujeres, que exigían a gritos que soltaran al detenido.
Al calentarse los ánimos, entre varios ciudadanos comenzaron a golpear a uno de los agentes, mientras que el otro policía, al ver que la situación se salió de control realizó varios disparos al aire. Una de las balas, de calibre nueve milímetros, rozó el pecho de uno de los ribereños, que se resguardó en el muelle mientras una turba persiguió a uno de los agentes para someterlo, arrojarlo al suelo y golpearlo repetidas veces en el pavimento.
El elemento estatal agredido fue identificado como Luis Martínez Cámara, alias el “Pich”, quien trataba de calmar a los ciudadanos, pero le resultó contraproducente. Su compañero había huido.
Durante la trifulca, algunos vecinos de Lerma abrieron la patrulla al parecer para buscar las llaves de las esposas para liberar a Juan Carlos Rebolledo, a quién al final los policías no pudieron llevarse detenido, pese al arribo de refuerzos.
El afectado no descartó acudir a la Comisión Estatal de los Derechos Humanos en Campeche a levantar queja, para iniciar la denuncia por abuso de autoridad en contra de los agentes de la PEP.
Mientras tanto, los habitantes de Lerma, que demandaron que ya no quieren la presencia de policías estatales, expresaron que esperarán que las autoridades de Seguridad y de la Fiscalía General del Estado (FGE) inicien las investigaciones correspondientes, luego que un oficial estatal detonó su arma de fuego, con lo que puso en peligro a decenas de personas, entre ellos mujeres y niños.
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