Roba a los pobres

Aunque en el papel se dispone de un millón 275 mil pesos diarios, para apoyar a las personas de escasos recursos, en los hechos no se les brinda absolutamente nada…

En los casi cuatro años de la nefasta administración que encabeza la gobernadora Layda Elena Sansores San Román, el Congreso del Estado le ha aprobado un total de mil 826 millones de pesos para el rubro de “ayuda social”, sin que exista claridad sobre el destino de cada peso. Por el contrario, además de la opacidad, ese gasto está blindado, porque no lo auditan ni con el pétalo de una simple revisión.

El slogan que identifica a este pésimo Gobierno de “Primero los pobres, y para los pobres lo mejor”, ha tenido indudablemente plena  justificación para que el monto destinado a ese sector se incremente cada año, o que por lo menos se sostenga, ya que Campeche es uno de los Estados con mayor rezago social.

Lo sorprendente es que mientras que el presupuesto para “ayuda social” y para atender a los sectores más vulnerables, ha sido de los más elevados de los últimos años, los resultados sean contraproducentes, pues cada vez hay más pobres.

En 2022, en su primer presupuesto anual que le aprobó el Congreso, se canalizaron 394 millones 261 mil pesos al rubro de “ayuda social”; en 2023 fueron 526 millones 750 mil; en 2024 sumaron 480 millones 187 mil y en este 2025 se dispone de 465 millones 696 mil pesos.

El monto mayor de ese total —316 millones 808 mil pesos, que es el 68 por ciento— se presupuesta bajo el rubro de “ayudas sociales a personas”; otros 124 millones 169 mil pesos (el 26 por ciento), son para “ayudas sociales a instituciones de enseñanza”; 12 millones 20 mil pesos (el 2.5 por ciento) se deberían canalizar a “ayudas por desastres y otros siniestros” y 11 millones 949 mil pesos serían para “becas y otras ayudas para programas de capacitación”.

No se tienen informes, se insiste, del destino de cada peso. Y así, con una falta absoluta de transparencia se han derrochado alrededor de mil 826 millones de pesos en cuatro años.

Aunque en el papel se dispone de un millón 275 mil pesos diarios, para apoyar a las personas de escasos recursos, en los hechos no se les brinda absolutamente nada. Acuden a Palacio de Gobierno en busca de ayuda, y se retiran del edificio cabizbajos y sin respuesta alguna. ¿A dónde se ha ido ese dinero? Nadie sabe.

El monto, cercado a los dos mil millones de pesos en cuatro años, suena arrogante, ante las pichicaterías que le endosan a los charalitos que la perversa gobernadora Layda Sansores quiere presentar como corruptos. Vaya que los suyos si serán tiburones de la corrupción, a quienes habrá que perseguir y capturar una vez que concluya su sexenio.