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Sin avances en las escuelas de AMLO

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A más de dos años de que se prometiera la apertura de las Universidades del Bienestar en los municipios de Calakmul, Escárcega y Calkiní, y que se destinarían varios millones de pesos para su construcción, los planteles impulsados por el presidente Andrés Manuel López Obrador en todo el país aún carecen de edificios propios, cuentan con plantillas irregulares de maestros, y por la pandemia se frenó la creación de nuevas carreras.

La delegación de la Secretaría del Bienestar (Sebien) en Campeche maneja con hermetismo la información relativa a los montos para la construcción de los edificios en esos tres municipios, así como sus avances, y el desorden que impera en este sector se refleja en el hecho de que, por ejemplo, en Calkiní no cuentan con director, mientras en Calakmul la directora es de origen chileno y se niega a dialogar.

En tanto, en Escárcega, la Universidad para el Bienestar “Benito Juárez” aún no cuenta con edificio propio, opera en salones improvisados y sólo imparte la carrera de ingeniería agroforestal, pese a que desde su inicio anunciaron que ofertaría también la licenciatura en educación física.

Inició con 23 alumnos, y a la fecha tiene tres salones de clases con poco más de 100. Funciona en lo que fueron las oficinas del Centro de Investigación y Transferencia Tecnológica Forestal “El Tormento”, a 10 kilómetros de la ciudad, en la carretera hacia Villahermosa.

La carrera de ingeniería agroforestal fue propuesta del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap), ante la necesidad de conservar y generar mayores espacios de producción forestal y agrícola tanto en el Municipio como en el Estado.

Los estudiantes conjugan la teoría con la práctica, pues constantemente mantienen salidas al campo. Se apoyan con la extensión de unas mil 400 hectáreas con que cuenta “El Tormento”, que incluye una gran variedad de árboles de diversas especies, un jardín botánico y orquideario, así como una torre de observación que permite detectar algún incendio forestal.

Algunos de los estudiantes consultados aseguraron que, si bien no pagan cuotas, es evidente que hay limitaciones, pues reciben sus clases en salones improvisados.

La escuela es dirigida por el chiapaneco Ranulfo Cruz Aguilar, quien al ser contactado para una entrevista, respondió que no estaba autorizado.

Hasta ahora no hay planes para que inicie la impartición de la carrera de licenciado en educación física, que era una de las principales demandas de los jóvenes escarceguenses.

 

EN CONSTRUCCIÓN

En Calkiní, la Escuela de Agricultura y Agronomía trabaja al 50 por ciento, la sede del plantel se ubica sobre la calle 7 rumbo al Hospital Integral. Actualmente la mitad de los alumnos toma clases en línea, y la otra parte de modo presencial. Por el momento no tiene director.

Continúa la construcción de la escuela en dos edificios, cada uno con dos salones, donde hay dos baños, uno de mujeres y otro de hombres, así como una oficina. Se proyecta contar con 12 grupos y al menos 400 estudiantes.

En Xpujil, municipio de  Calakmul también se construye desde hace dos años el edificio, lo que ha generado conflictos entre la Rectoría y los alumnos inconformes por los malos manejos del Comité Responsable de Obra.

Las irregularidades afectan a los 166 alumnos que cursan sus estudios, y que refieren lo complicado que es la estancia en aulas a medio construir, asisten alumnos de la primera, segunda y tercera generación de la licenciatura en patrimonio histórico, cultural y natural, que tiene duración de ocho cuatrimestres (dos años ocho meses).

La universidad se ubica a dos kilómetros de la cabecera municipal sobre la ruta Xpujil-Cibalito. Su rectora, Pia Bernardita Moya Honores, es de origen chileno y dirige la escuela sin tomar en cuenta la opinión de los beneficiarios, pues le han pedido en repetidas ocasiones cuentas claras de la inversión de los recursos en las nuevas instalaciones, pero no ha respondido.

La rectora se ha negado a dar declaraciones a los medios de comunicación respecto a esta situación, que ha dejado grave molestia entre padres de familia y alumnos que callan su inconformidad, pues encima los han amenazado con expulsarlos si no están de acuerdo, y sólo refieren que las autoridades estatales y federales tienen conocimiento del tema, pero nada han hecho al respecto.

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