Tribuna Campeche

Diario Independiente

El “triunfo” de la locura

“¡Fue un triunfo!”, exclamó desde su mullido sillón, donde cada martes despotrica contra sus enemigos, y sus pupilas dejaron escapar por unas milésimas de segundo toda la locura que anida en su atribulado y enfermizo cerebro.

La hija del Sátrapa Negro hablaba, rememoraba, se regodeaba recordando  los sucesos de septiembre de 1997, cuando un grupo de inconformes protestaba en Palacio de Gobierno, y fue reprimido violentamente por policías antimotines. 

Utilizaron mangueras para lanzar agua a presión, toletes, macanas y hasta gas pimienta para golpear a sus seguidores, entre ellos uno de sus hijos, que grababa el suceso, y recibió varios macanazos en la cabeza, que sangró.

Otras personas sufrieron golpes contusos, la propia lideresa de ese movimiento y hoy gobernanta, asegura que una mujer perdió un ojo, ha  dicho que hubo pérdida de vidas —sin aportar jamás el acta de defunción que lo sustente—, pero lo cierto es que hubo varios lesionados.

Y qué lamentable que, casi medio siglo después, esta misma gobernanta, que ha demostrado en varias ocasiones que no está bien de sus facultades mentales, ahora presuma como “un triunfo” el que hayan macaneado a sus seguidores.

Sí, seguramente fue un “triunfo” para su soberbia, para sus alucinaciones, para su locura, porque mandó al matadero a gente que no sabía defenderse, muchos que sólo la acompañaban en sus marchitas (cuando mucho 50 personas), porque recibían un salario semanal de la mansión blanca del Sátrapa Negro.

—“A mí me consta —confiesa don Julián— que semanalmente salían los sobres de la oficina del papá de la Tía, para entregárselos a los que pernoctaron durante poquito más de ocho meses en la Plaza de la República, para acompañar en sus locuras a la hija predilecta del cacique”.

“Qué vergüenza da enterarse que en su mentecita desquiciada, haya considerado desde el principio que la represión para su gente, fue un “triunfo” personal para ella. Qué cínica. Qué decepción para quienes creyeron en ella, y que ahora la ven, sentada en su despacho, haciendo no lo mismo que tanto criticó de los gobernantes tricolores, sino peor. Más corrupción, más saqueo, más cinismo, más nepotismo, más desvergüenza, y cero resultados…”.

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