Tribuna Campeche

Diario Independiente

EL ORIGEN

En medio de una Península bañada por los mares tropicales del Golfo, rodeado de espesa vegetación y abundantes frutos, existe un pequeño reino llamado de la Culebra y la Garrapata, que ha sido saqueado hasta el cansancio por sus pésimos gobernantes, condenando a sus nativos a la pobreza, al abandono y la resignación.

Un nobel poeta dijo de esa tierra que “ni las aguas de su mar se mueven”, y esa forma de ser tan pacífica y pasiva, ha impedido o retrasado que llegue a sus tierras el progreso y la prosperidad.

De entre todos sus gobernantes hubo uno que barrió con todo. El sátrapa Negro se apoderó hasta de las tierras de las uñas de los humildes campesinos, desmanteló vestigios arqueológicos, se robó la arena y playas de las costas y secuestró a las mujeres de sus súbditos. Un desgraciado ambicioso, cínico y ladrón. Sus genes los lleva su hija, casi octogenaria.

Como resultado del saqueo se convirtió en uno de los hombres más ricos y poderosos de esa comarca y sus alrededores, y formó una familia en quienes inculcó el amor por lo ajeno, el odio hacia los demás e insaciable instinto de venganza.

El sueño del sátrapa Negro fue que uno de sus descendientes heredara el trono. Hizo todo lo inimaginable por lograrlo, pero los nativos ya no querían saber nada de su progenie, y los rechazaban a la hora de elegir.

A su heredera camaleona la pintó eras de todos los colores para ver si los engañaba. De su vestimenta tricolor original la transformó a un amarrillo girasol, con el que a punta de mentiras, promesas falsas y mucho reparto de dinero, estuvo a punto de alcanzar su objetivo, pero el destino la desfavoreció.

Y así la muerte se llevó al Negro Cacique sin ver satisfecha su obsesión. Lo que no impidió  que su camaleona enloquecida por el rechazo de los nativos, se camuflajeara de naranja, de azul y de cualquier tonalidad que le pusieran enfrente para alcanzar su ambicionada meta.

Pero esa historia de rechazos acrecentó en ella el odio, la frustración, la venganza, el cinismo, la mentira y la cobardía…

(Continuará)

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