Tribuna Campeche

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Empeoró servicio en el “Javier Buenfil”

Carencia de médicos especialistas, cancelación de citas por cualquier excusa, falta de aire acondicionado —lo que obliga a los familiares de pacientes a llevar ventiladores—, la lentitud para recibir atención médica, insuficiencia de medicamentos y trato inhumano de los vigilantes, caracterizan el servicio en el Hospital General de Especialidades (HGE) “Dr. Javier Buenfil Osorio”.


Derechohabientes de la institución aseguraron que la calidad del servicio empeoró desde el inicio de la Administración de Layda Elena Sansores San Román, y a pesar de que han hecho llegar sus quejas a las autoridades hospitalarias, no les hacen caso y la excusa más recurrente es que “no hay presupuesto”.
María Elsa, quien vino desde San Antonio Sahcabchén para ingresar a su paciente, informó que los internados en la mayoría de las áreas del nosocomio padecen las altas temperaturas, porque el sistema de aire acondicionado no sirve. Esto ha obligado a varios a comprar un ventilador, lo cual representa un gasto que no tenían contemplado.


“Este hospital se supone que es para los pobres. Ojalá el presidente López Obrador y la gobernadora Layda Sansores intervengan, porque no es justo”, expuso, al destacar que hay pacientes que se han solidarizado con otros y comparten un mismo ventilador de pedestal.


Los vigilantes son déspotas y niegan información y visitas pese a que el horario permitido es de 10 de la mañana a cuatro de la tarde. Se la pasan regañando a todos los familiares de los pacientes.
Coincidió Martin Alegre Alegre, quien explicó que desde el pasado sábado cuando ingresó a su paciente, supo de la falta de aire acondicionado en varias áreas, como urgencias y salas de espera y recuperación, y esta situación también perjudica a niños y niñas en pediatría.


También hay lentitud para llevar a cabo las operaciones. Un conocido lleva más de una semana internado y cumplió los requisitos para entrar a quirófano, pero de último momento lo han reprogramado.
Luis Cahuich dio a conocer que faltan medicamentos y los pacientes o sus familiares se ven obligados a comprarlos en farmacias particulares. Incluso se carece de sueros y jeringas y si alguien requiere transfusiones de sangre, les exigen reponerlo inmediatamente o no le dan de alta.


Miguel González expuso que continúa la lentitud en las atenciones, la mayoría del personal de salud, en especial los médicos, se la pasan en la cafetería o platicando, además de que no existe coordinación debido a que un doctor da un diagnóstico y al acabar su turno ingresa otro y dice lo contrario o es su versión diferente.

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