Si no retira la acusación no vuelvo a hablar con usted nunca más, advierte
“Usted es un desgraciado difamador y calumniador”, dijo en tono desquiciado el fiscal Renato Sales Heredia, al ciudadano Luis Laynes López, quien amagó con cerrar todas las vías de comunicaciones a Ciudad del Carmen, porque el asesino de su hermano está libre y la Fiscalía se corrompió en el proceso.
Por medio de una llamada de manera amenazante, Sales Heredia encaró a su interlocutor que de no retractarse sobre los dichos en los medios de comunicación no sería atendido, y que le hiciera como quisiera.
En la grabación expuesta por Laynes López, se oye a un fiscal enfurecido, tartamudeando, fuera de sí, encolerizado, pero siempre intimidando al ciudadano, al que le adelantó que saliendo de la Fiscalía General de Justicia lo demandará por daño moral.
Durante el acalorado diálogo, Sales Heredia soltó, “permítame un segundo, olvídese de mí y de usted”, lo que derivó en la pregunta de Laynes López ¿O sea que usted ya no me va a apoyar?, sí, por supuesto que no, porque usted no merece ningún tipo de ayuda.
Trastabillando en sus palabras, Renato asevero, “pero cuando salga de la Fiscalía, no ahorita. Claro que sí lo voy a hacer –demandar–, o lo retira de los medios ahorita o se retracta usted. Olvídese absolutamente”.
El ciudadano afectado por la forma como se condujo el expediente de su hermano asesinado años atrás en las Villas Universitarias, cuestionó ¿Yo no merezco ningún tipo de ayuda señor Renato Sales?, no lo merece, no lo merece si usted está diciendo que yo recibí dinero o retire esa acusación o no merece usted ninguna ayuda.
Por su parte Laynes López, buscando que el fiscal entre en razón, porque lo oía acalorado y fuera de control, señaló, “yo creo que usted no sabe el alcance de sus palabras, yo creo que usted no tiene ni idea del alcance de sus palabras, porque usted es un servidor público que le está diciendo a una víctima, porque estoy en carácter de víctima, le está diciendo desgraciado por eso, pero usted me está diciendo desgraciado”.
De manera insistente Luis Laynes, remarcó en la dificultosa plática: “Usted me está diciendo que prácticamente está del lado de los delincuentes. Prácticamente yo quiero que usted se calme, usted es una persona estudiada, pero Sales Heredia reviró, Cálmese usted, no, soy una persona estudiada”.
Sin embargo, el ofendido alzó la voz en la comunicación telefónica y aseveró, cálmese ya, escúcheme. Mataron a mi hermano, no a un animal. Escúcheme, y fue cuando de pronto Renato bajó la voz y dijo, “le estoy escuchando”.
Conforme avanzó la exaltada charla, el denunciante puntualizó, derivado de los señalamientos del fiscal, “a mí no me amenace señor Renato porque le voy a decir algo, si algo me llega a pasar a mí o a mi familia usted me está diciendo que me voy a arrepentir, me está diciendo desgraciado”.
“Mire le voy a decir algo su Fiscalía, la Fiscalía que usted representa no sustentó le importa un bledo lo que yo diga le importa un bledo”, decía Laynes.
Pero Renato respondía acalorado, “si no retira la acusación no vuelvo a hablar con usted nunca más, si no sale a retirar ese video –donde se decía que Renato recibió soborno–, olvídese absolutamente de mí, y salga a los medios a decirlo”.
“Pero qué mala onda que usted no quiera actuar. A ver por qué usted no viene aquí a Ciudad del Carmen y revisa el expediente, y ve que si los fiscales están haciendo bien o no su trabajo”, preguntó el ciudadano, sin embargo, Renato respondió, pero usted no tiene ningún derecho a decir que yo estoy recibiendo dinero, que me estoy corrompiendo”.
TAJANTE
Fuera de control y a regañadientes, el fiscal fue tajante en decir, “no lo voy a recibir, si no retira usted el video en que me está difamando y calumniado, no lo voy a recibir”.
Como respuesta a lo anterior Luis Miguel, le aclaró, “usted tiene la obligación de recibirme, usted puede actuar conforme a derecho señor Renato Sales, y usted lo sabe, pero usted me tiene que atender a mí porque yo soy un ciudadano ofendido”.
El denunciante agregó en la conversación: “Dejaron en libertad a un tipo que se declaró culpable, usted –fiscal- no me va a venir a amenazar a mí, ni mellame para amenazar, por favor, porque usted es un servidor público”.
Casi para finalizar el ríspido debate telefónico, Laynes López enfatizó: “Es un servidor público, me tiene que atender mediante un amparo, por supuesto que sí, por supuesto que un juez federal puede obligarlo. Además me está amenazando, me está diciendo desgraciado”.
Pero un desenfrenado Renato Sales, ya desencajado y subiendo el tono de la voz, para hacerse escuchar, aseveró, “usted haga lo que le dé su regalada gana, si no retira ese video ahorita, no lo voy a recibir”.
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