Tribuna Campeche

Diario Independiente

Miedosa pero no burra

—“Pues no fue a la inauguración de la temporada de béisbol. Bien dicen que el miedo no anda en burro, y no es tan burra como muchos creen”, se mofó don Memín, desde su banquito donde labora diariamente lustrando el calzado de decenas de nativos de estas otrora pacíficas tierras.

—“Dicen que mandó comprar todos los boletos. Que se los regaló a empleados del Gobierno y a los militantes del partido guinda, para evitar que llegaran las fuerzas vivas de la ciudadanía a recordarle ruidosamente su 10 de mayo”, secundó doña Chela, cuya piel tiene tonalidades del tomate a consecuencia del tremendo calor que ha regresado a nuestras tierras.

—“No es un incidente menor el que la Tía Rata no se haya atrevido a ir a la inauguración de la temporada del béisbol. Tradicionalmente todos los gobernadores han aceptado la deferencia de ser los que lanzan la primera bola o los que presiden la ceremonia inaugural, en que abundan los fuegos artificiales”.

“Es también —continuó don Julián— un termómetro político que año  con año va midiendo el grado de popularidad de los gobernantes, o bien, el rechazo generalizado que pudieran haber causado entre sus gobernantes, debido a sus malas o pésimas decisiones. En la hija del cacique negro fue evidente que prevaleció el pánico a sentir de carne viva el repudio popular”, rubricó el viejo exsirviente de la mansión blanca del Sátrapa Negro.

Don Memín no dejaba de sonreír. Estaba contento porque sabía que ese hecho, que la gobernadora evada su asistencia a eventos masivos, demuestra que aunque de dientes para afuera dice que las “marchitas” no le quitan el sueño, y que faltan 120 para que le ganemos, “la realidad demuestra que está consciente de que el pueblo no la quiere, y que cada vez que la vean la van a mandar a chiflar a su máuser por ser soberbia, autoritaria, corrupta, sorda y ciega…”.

—“Habrá que verla en la medianoche del 2 de junio y en la madrugada del día 3. Tal vez ese día se terminará de convencer que el suyo es un Gobierno fallido, y que debería empezar a preparar sus maletas para regresarse por donde vino, y llevarse con ella a su bola de foráneos rateros y corruptos que nada han hecho por estas tierras. El pueblo pone y el pueblo quita, y ella, tarde o temprano, acatará ese veredicto popular”, finalizó don Julián.

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