Tribuna Campeche

Diario Independiente

Los deslices de Liz

El nepotismo ha proliferado como una plaga desde la llegada de Layda Sansores al poder, en ocasiones de manera directa, con sus familiares incrustados en la nómina, otras veces de manera soterrada, como el caso del Seso Loco…

Circulan profusamente en las redes sociales fotografías que exhiben a otra “familia feliz”, surgida al amparo del poder morenista en Campeche. La hija es  directora general de la Promotora para la Conservación y Desarrollo Sustentable del Estado, con un sueldo mensual de 65 mil 919 pesos y el yerno ocupa la Gerencia de Crédito en la Delegación estatal del  Infonavit, donde percibe 48 mil 829 al mes.

Se trata de familiares directos de la secretaria de Gobierno, Liz Hernández, quien percibe, de acuerdo con la Ley de Presupuesto de Egresos del Estado de Campeche para el ejercicio fiscal 2025, un total de 126 mil 885 pesos al mes, por lo que si hacemos la sumatoria, tendremos que su familia feliz le cuesta a los campechanos nada más y nada menos que 241 mil 633 mil pesos al mes. Si lo valen o no, es cuestión de subjetividades.

Lo real es que el tema de nepotismo está a discusión a nivel federal a raíz de que la presidenta Claudia Sheinbaum envió al Congreso de la Unión su iniciativa para combatir esa práctica en la postulación de cargos de elección popular. La idea es que un gobernador no pueda heredar el cargo a un integrante de su familia, tampoco un alcalde o incluso el Presidente de la República.

Diputados y senadores han querido amplificar la prohibición de esa práctica para los nombramientos en los equipos y cargos de Gobierno. Por ejemplo que la gobernadora ya no siga otorgando puestos a sus familiares, o que quienes ya los tienen se apresuren a renunciar para evitar sanciones por esta perversa costumbre.

Aún están por verse todas las implicaciones que traerá consigo la aprobación de la ley antinepotismo, y sin duda alguna que van a provocar escozor en varios ámbitos del equipo de Gobierno de la perversa y mentirosa Layda Sansores. Ya tendremos oportunidad de verificar si así como se apresuran a festejar los logros de Claudia Sheinbaum, de la misma forma se apuran en ajustarse a sus nuevos lineamientos, como por ejemplo, en el tema del nepotismo.

El caso de la familia feliz de Liz Hernández es sólo un ejemplo para ilustrar que esa práctica, vigente y esplendorosa durante los años del viejo régimen —al que los chairos llaman con desdén “prianismo”— se ha mantenido incólume durante esta etapa de la llamada 4T. No la erradicó el presidente López Obrador, y ahora su sucesora se ha lanzado duro contra esa mala costumbre. No sabemos si con fines meramente escénicos, o de verdad irá al fondo del problema.

Lo cierto es que es un problema vigente en Campeche. Su práctica ha proliferado como una plaga desde la llegada de Layda Sansores al poder, en ocasiones de manera directa, con sus familiares incrustados en la nómina, y en veces de manera soterrada, como el caso del Seso Loco, que cobra millonadas y tiene vasto presupuesto a su disposición, pese a que no está en el organigrama oficial. 

Tan corruptos son, que suponen que los campechanos no nos damos cuenta de sus perversidades, pero como bien repetía López Obrador: tontos son los que creen que el pueblo es tonto…

¡Comparte esta nota!