La agresión contra policías, entre ellas cinco mujeres que pedían el pago de sus sueldos, la difusión de documentos privados sobre “presuntos pagos irregulares” a la empresa de un familiar del candidato de Movimiento Ciudadano a la diputación federal, Christian Ganzo, y la acusación sin pruebas de que uno de los líderes de la protesta policiaca recibió más de un millón de pesos para financiar el movimiento, confirman una vez más la desesperación de la gobernadora Layda Elena Sansores San Román, porque sabe que se le avecina un tsunami electoral.
Vamos por partes. Lo ocurrido el lunes pasado en los alrededores de la Academia de Policía, donde Marcela Muñoz Martínez y Layda Sansores San Román ordenaron que se enfrentaran hermanos contra hermanos, con saldo de al menos cinco mujeres golpeadas, nos mostró el verdadero rostro represor, traidor y nefasto de esta fallida administración estatal.
A pesar de todos los intentos del Gobierno sansorista de atribuir ese evento a Eliseo y a Alito “para desestabilizar al Estado” a través de los medios que tienen en su nómina, o culpar a los propios sublevados de ser ”provocadores”, la verdad histórica quedó registrada en videos que se han difundido ampliamente a nivel nacional, con saldo muy, pero muy negativo, para la decrépita imagen de la gobernadora y de su Administración.
El grado de desesperación porque no le encuentran una salida favorable al conflicto, los ha llevado a recurrir a la violencia —como se observó el pasado lunes—, a la amenaza persistente de encarcelar a todos los líderes del movimiento, a sobornar a los que tengan debilidad por el dinero, y asancionar económicamente a quienes no han aceptado doblegarse a los dictados de la criminal guanajuatense.
Han reactivado al inútil fiscal Renato Sales Heredia, para que con sus agentes ministeriales fuertemente armados persiga a los patrulleros, con la intención de decomisarles sus vehículos, y de paso, detener a los uniformados.
Nótese el hecho de que esos agentes ministeriales no son campechanos, sino foráneos. Son mercenarios que trajeron a cambio de unos pesos, capaces de golpear hasta a la mujer que los trajo al mundo. Así de cobardes son quienes los contrataron: Layda y Renato.
En suma, Sansores pretende recurrir a la violencia para salirse con la suya. La represión como herramienta para “convencer” a los sublevados deregresar al redil, y por otro lado, complicidad y tolerancia a los abusos de Marcela y su amante bandido, Víctor Sánchez Ortiz, director de Asuntos Internos, que impunemente mandan golpear a las mujeres policías.
En otro episodio de violencia política, Sansores San Román volvió a recurrir a su equipo de espionaje para atacar a sus enemigos, y en esta ocasión le tocó a Christian Cervera Ganzo, quien viene de una familia dedicada al comercio de especies marinas desde hace muchísimos años.Lo acusa de haber recibido transferencias bancarias por más de 5 millones de pesos para financiar su campaña a la diputación federal.
En los documentos ilegalmente obtenidos y exhibidos por la espía Sansores, muestra transferencias que se hicieron por “compra de pulpo” a una de las cuentas de las empresas de la familia Ganzo. No le importó a la autoritaria y sinvergüenza mandataria poner en riesgo de ataques de la delincuencia organizada tanto a la empresa, como a la familia y al propio candidato mocista.
El objetivo evidente es anular la casi segura victoria de Christian Cervera Ganzo, porque les urge contar con la mayor cantidad de diputados federales en el Congreso de la Unión, y sólo con trampas podrán conseguirlo, ya que los votos no serán para Morena en esta ocasión.
¿Cómo obtuvo Layda Sansores la información sobre las transferencias bancarias a las cuentas de una de las empresas de la familia Ganzo? ¿Sabe que incurrió en varios delitos federales, al obtener y difundir esa información que es evidentemente confidencial?
Ya sabemos que es su drogadicto sobrinito Gerardo Sánchez Sansores, alias Seso Loco, quien obtiene o inventa esa información mediante el espionaje, los difunde en sus páginas panfleteras digitales, y posteriormente su tía, la gobernadora, argumenta que sólo replica lo que ya se “publicó en redes”, para atacar a adversarios políticos, en una triangulación burda y torpe que no le resta culpabilidad a los excesos de la mandataria.
La misma vía utilizaron para atacar al oficialJosé Alejandro Grajales Chab,a quien acusaron de haber recibido más de un millón de pesos en depósitos bancarios para financiar el movimiento de protesta de los policías. Pero, ¿cómo saber si los documentos son veraces si quienes los difunden son unos mentirosos contumaces?
Se valen de todo para quitarle legitimidad a la lucha, desprestigiar a los líderes que no han cedido a sus chantajes y desactivar la rebelión que, torpemente, los propios asesores sansoristas convirtieron en su talón de Aquiles para esta elección. ¿Por qué? Porque son unos imbéciles.
Que nadie dude que seguirán los actos desesperados de la demente, cínica, sinvergüenza y mentirosa Sansores San Román para tratar de desestabilizar el proceso electoral. Sabe que los votos no le serán favorables y recurrirá a cualquier artimaña para golpear a sus adversarios, utilizando, como siempre recursos públicos.
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