Tribuna Campeche

Diario Independiente

Alumna de un dictador

La Tía Rata ha confesado que su programa circense, cómico y musical lo copió del dictador venezolano Hugo Chávez, donde acomoda circunstancias y hechos a su conveniencia. 

“A la Tía Rata no le bastó con ser hija y aprendiz de uno de los gobernantes más corruptos que ha tenido esta entidad, sino que cínicamente ha presumido que es alumna del ya extinto dictador Hugo Chávez, de quien “copió” la idea de hacer su programa denominado el “Martes de la Rata”, basándose en el “Aló presidente” que encabezaba el venezolano cada domingo”.

“La grandísima diferencia, es que en los inicios del programa de Hugo Chávez, se dio participación a la ciudadanía mediante llamadas telefónicas, mientras que para la hija del Sátrapa Negro todo gira alrededor de ella y su distorsionada, fantasiosa y atribulada mentecita. Acomoda las situaciones a su conveniencia, juzga y condena a sus adversarios desde sus perversos intereses, y presume como propios, logros del Tatich Presidencial, ya que ella se ha dedicado a robarse todo el presupuesto”.

—“Pero eso no es lo más importante —interrumpió doña Chela al discurso de su gurú don Julián. Aquí lo tenebroso, lo horripilante, agregó, es que públicamente admita que ha copiado y adoptado programas de un dictador que abiertamente terminó peleado con medio mundo, y que al parecer tuvo severos problemas psiquiátricos antes de su fallecimiento…”.

—Todo eso es correcto, admitió don Julián, e insistió en enfatizar qué clase de mentores ha confesado ella públicamente que influyeron en su vida, uno de ellos, Carlos Salinas de Gortari, el que le consiguió su ‘primera chamba’ y quien ha sido uno de los más corruptos, perversos y nefastos presidentes que ha tenido nuestra nación.

“Como si no bastara que esté siguiendo los mismos pasos que su corrupto papá, ahora confiesa que admira a un dictador, y que además, es alumna del más corrupto presidente mexicano. ¿A dónde va a llevar a nuestra bien amada patria chica con esa clase de mentores?”, cuestionó el viejo exsirviente de la mansión blanca del Sátrapa Negro.

Un silencio temeroso recorrió al grupo de contertulios de don Julián. Todos se miraron preocupados, pues si ya de por sí las cosas han estado pésimas durante su Administración, se podrían poner peores en lo que resta de su periodo, y eso sólo irá en perjuicio de los habitantes de esta noble tierra.

—“Algo tenemos que hacer todos para que se vaya antes de que concluya su periodo constitucional. No nos merecemos gobernantes de esa calaña”, pontificó don Julián, para dar por terminada la charla nocturna.

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