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Deuda de Yáñez Osuna con API es impagable

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Al considerar impagable la deuda de Oceanografía, S.A. de C.V., propiedad de Amado Yáñez Osuna, pues supera los 900 millones de pesos, la gerenta de la Administración Portuaria Integral de Campeche (Apicam), María de Jesús Estela Díaz Montes de Oca, señaló a nivel federal se realizan gestiones para encontrar alternativas que permitan el retiro de las 27 embarcaciones de la naviera estancadas en el puerto.

Y subrayó: “Estoy segura que la deuda es impagable, ni siquiera hay a quien cobrársela, por eso estoy en la mentalidad de que es necesario hacer las negociaciones para que se lleven los barcos, se deshagan de ellos. Con que los saquen del Puerto Isla del Carmen es ganancia para nosotros”.

Estas embarcaciones —explicó la funcionaria—, ocupan mucho espacio en las dársenas y limita en gran medida la movilidad de otras, y aunque los pilotos de puerto son expertos, es complicado maniobrar en espacios reducidos.

“No podemos mover, ni tocar. No podemos hacer nada, porque se tienen demasiadas demandas desde las fiscalías laborales, el SAT y otros que reclaman”.

Díaz Montes de Oca indicó que este tema es tratado mediante gestiones ante el Gobierno Federal, en las cuales intervienen, además de la Apicam, la Secretaría de Marina y otras instancias, para encontrar alternativas que permitan retirar estos buques.

 

PELIGRO

A decir de la funcionaria, son naves chatarra que representan grave peligro para las operaciones en el recinto portuario, sin embargo, “estamos atados de mano”.

Una alternativa para retirarlos es un decreto presidencial, y aunque no es un proceso sencillo, resulta el más viable para liberar esta zona de la presencia de estos barcos de Oceanografía.

El grave riesgo es que la inmovilidad de estas embarcaciones provoca que las dársenas se azolven mucho más, evitando con ello que navíos de cierto calado realicen operaciones en el puerto.

Además, de hundirse alguno a causa del alto deterioro que presentan por falta de mantenimiento, será más difícil retirarlos.

“Consideramos que perdiendo ganamos, por los espacios que quedarían libres y que se podrían ser utilizados para realizar operaciones”, concluyó la representante del API.

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