OTRA TRAICIÓN DE LAYDA. El martes por la mañana la gobernadora Layda Sansores compartió una antigua foto de su padre en redes sociales, acompañada de un texto embadurnado de esa misma melcocha que utiliza cuando escribe de López Obrador. Un mensaje de medias verdades y medias mentiras, que sólo aquellos que conocieron al cacique negro podrán calificar atinadamente.
Concluye su falsa remembranza diciendo “Soy feliz de luchar por este nuestro pueblo que él tanto amó”. Y si es tan feliz, y en verdad lucha por nuestro pueblo, ¿por qué lleva dos semanas muda y sin reclamar en su Jaguar el recorte de 927 millones de pesos que nos aplicarán el próximo año? ¿Está bien que nos chinguen porque así lo dictaminó otro morenista?
¿Qué pasó con la mujer libre, rebelde y valiente que aparece ultra fotoshopeada en su perfil? ¿Otra vez traiciona al “pueblo que él tanto amó” para privilegiar los intereses de su mandamás? No han pasado ni diez meses de que rechazó la reubicación de las oficinas de Pemex al Carmen con el alegato de que “carecen de infraestructura”, y nuevamente nos da una puñalada. Está de más que responda, sus hechos ya hablaron por ella.
MINIMIZAN EL PROBLEMA. Sí, está de más que responda. Layda Sansores fue de los primeros en firmar el desplegado en el que los gobernadores respaldaron el proyecto del Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal 2024, Con menos recursos, ¿cómo piensa detener el decrecimiento al que nos tiene condenados su Gobierno?
Tampoco sorprende el desdén con el cual el secretario de Desarrollo Económico, Fernando Gamboa Rosas, minimizó el recorte de 927 millones de pesos. No ha hecho absolutamente nada desde que llegó, mas que lamentarse por los mismos añejos problemas que no sólo no ha podido resolver, sino que empeoraron, como la conectividad. ¿Y si mejor se pone a trabajar?
El secretario de Administración y Finanzas, Jezrael Larracilla Pérez, justificó que el recorte se debía a la caída en los precios del petróleo, esa excusa que tanto gusta a los políticos para justificar su ineficiencia. Suban o bajen los precios del crudo, nunca reducen el precio de la gasolina, que desde 2018 ha subido un 25%, y eso que López Obrador prometió que no habría gasolinazos y bajaría los precios…
¿NO SENTIREMOS EL RECORTE? Es lo que sí estamos de acuerdo los campechanos es en que no vamos a sentir el recorte presupuestal, pues lo padecemos desde que inició este nefasto, ineficiente y rapaz sexenio laydista, con un decrecimiento económico y una parálisis financiera derivada de la escasa obra pública que se realiza y a que han fracasado en su tarea de atraer inversiones.
En lo que respecta a los salarios de los burócratas, los campechanos fueron desplazados de los altos mandos, los cuales fueron entregados a la legión extranjera que vino a apoderarse de las diversas secretarías y direcciones, de las cuales además de sus salarios sale el pago de sus respectivas rentas, el de sus pasajes de avión para visitar a sus familias cada quincena, y el de los memorables viajes familiares. Nos están saqueando.
De nada sirvió el maldito cambio. Estamos peor que nunca. Ni justicia petrolera ni de ningún tipo. Qué mala suerte tenemos los campechanos, que ni cuando tenemos un gobernador amigo del Presidente nos va bien. Eso sí, antes nos iba menos mal. Los beneficios del laydismo los puede palpar en su bolsillo, que cada vez alcanza para menos.
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