Los privilegios que dirigentes sindicales reclaman ahora a través de trabajadores, como botas y equipo de protección personal, que en el pasado vendían en tianguis a las afueras del edificio administrativo de la calle 33 y en el Chechén, además del manejo discrecional de plazas que manipula la dirigencia sindical, son algunas lamentaciones que ya no tienen vuelta atrás.
Afirmó lo anterior Miguel Pineda Ortiz, presidente de la organización ciudadana Por la Defensa de Pemex, A.C., y recalcó que algunos obreros azuzados por sus dirigentes exigen a gritos privilegios que tenían y les permitían generar ingresos extraordinarios, cuando vendían equipos de protección personal, y ni qué decir de convenios que el mismo gremio avaló para reducir plazas durante la gestión del exdirigente Carlos Romero Deschamps, y ahora quieren defender.
Para nadie es secreto que buscan afanosamente las 17 mil plazas que ofreció el presidente Andrés Manuel López Obrador, para basificar al personal transitorio, con el fin de negociarlas, recibir moches y dárselas a allegados, como han hecho en el pasado Víctor Kidnie de la Cruz y Luis Gerardo Pérez Sánchez.
Es chantaje que en algunas secciones del sindicato petrolero organizan los dirigentes, en reacción a que Pemex instrumentó nuevo plan para lograr la regularización de trabajadores que cuentan con plazas transitorias.
Como notan que se les va de las manos el manejo y control de plazas, que en el pasado negociaban hasta en medio millón de pesos, ahora quieren apretar a Pemex con esas “falsas” manifestaciones y reuniones prohuelgas, aseveró.
Hay que decirlo con las palabras exactas —recalcó Pineda Ortiz—, ya no habrá venta de plazas ni cobro de cuotas a cambio de ellas, ya sea transitorias o definitivas, y por eso surge la inconformidad. “Se les acabó el negocio”, afirmó.
“La mayoría de las 36 secciones sindicales realizaron asambleas extraordinarias para definir acciones, aunque la verdadera razón de las protestas es que ambicionan las 17 mil plazas, porque quieren conservar intereses económicos y canonjías del pasado”.
ACUSA SAQUEO
Para nadie es secreto que los propios petroleros saqueron herramientas, insumos, equipo de protección personal, entre otros, de las plataformas marinas de Pemex ubicadas en la Sonda de Campeche, para comercializarlas en tianguis y al mejor postor, añadió.
Antes, Pemex realizaba fuertes inversiones en equipos de protección personal que tenían alta duración, por lo que al recibir artículos nuevos para sustituirlos, esos obreros mantenían en uso los “viejos” y vendían en el mercado negro los nuevos.
“Hoy los petroleros lloran a Pemex lo que antes despreciaban y vendían en tianguis, lo cual era evidente incluso a las puertas del edificio administrativo de la calle 33 y en el mercado del Chechén”.
Y la misma situación había con lo medicamentos, pues muchos de derechohabientes de los servicios de salud de Pemex en Carmen recibían fármacos de patente y los comercializaban, finalizó.
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