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Llama el obispo a la conversión

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Finalizan fiestas de rogativas al Cristo Negro de San Román

“A veces pensamos que podemos convivir con los pecados que cometemos o con los pecadores y creemos que con eso Dios está contento con nosotros, pero Él no quiere ofrendas ni sacrificios sino el cambio de corazón”, dijo el obispo José Francisco González González, al llamar a la conversión a través del bautismo durante el último día de las rogativas en honor al Cristo Negro Señor de San Román.

Durante la santa misa, ante cientos de fieles resaltó que Cristo es el modelo a seguir y no nos falla, él es fiel a sus promesas, a sus palabras y si nos llama con el bautismo a vivir la vida de Dios hay que hacerlo. Por eso hay que oír  su palabra, escucharla, cantarla, predicarla, ser testigos de él ante la Iglesia.

Recordó la parábola del hijo pródigo que se menciona en el Evangelio de San Lucas, capítulo 15:

“Había un padre con dos hijos, pero uno de ellos pidió por adelantada su herencia, quizás ya estaba harto de vivir con su padre, en su casa. Sólo quería vivir en completa libertad y así fue.

Derrochó lo que tenía hasta quedarse sin nada, en la miseria. Entonces llegó una gran hambruna y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra donde habitaba, aquél lo envió a su hacienda para que apacentase cerdos. Deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba.

Como el muchacho estaba acostumbrado a comer bien, comida calientita de calidad, de excelencia, con un padre que lo amaba, en ese contexto de profunda humillación reacciona y dice ¿qué estoy haciendo aquí? Entonces reconoce su pecado, se arrepiente y empieza su proceso de conversión.

El pecado nos destruye y Dios no quiere el pecado, pero nos salva, no obstante que somos pecadores. Por eso siempre nos reconcilia, perdona, resarce nuestras heridas y nos levanta ofreciendo vida nueva, pero para eso hay dejar el pecado porque nos hace morir, en cambio la conversión nos hace vivir. No podemos participar en la vida nueva que Cristo nos ofrece sino dejamos el pecado.

“La salvación es para todos, es un llamado universal de Dios a ser santos y a  ser salvados. El bautismo que es sumergirse y emergeré, dar muerte al pecado para que Dios dé vida nueva. Con el bautismo soy hijo de Dios y la tarea durante esta vida es configurarme cada día más al verdadero hijo de Dios y volverlo a seguir”, externó al bautizar en público a José Roberto.

Seguidamente con cánticos, música y fuegos artificiales se llevó a cabo la procesión del Cristo Negro Señor de San Román con su estructura de plata, tras ser bajado de su altar para ser presentado y dar bendición en las calles aledañas a su santuario.

Lo acompañaron las imágenes de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y de San José.

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