Que hayan hecho a un lado tan sólo por un momento los tambores de guerra, provocó expresiones de esperanza en las redes sociales. Lo que el pueblo pide es que se pongan a trabajar, que dejen a un lado la confrontación…
Reacciones mayoritariamente positivas generó la difusión de la fotografía, donde se ven juntas la alcaldesa de Campeche, Biby Karen Rabelo de la Torre y la gobernadora Layda Elena Sansores San Román. No hay expresión en sus rostros que denote síntomas de acercamiento, cordialidad o amistad, así que fue un mero protocolo para que la Comuna aporte su granito de arena en el proyecto federal de construir tres mil casas de interés en la capital del Estado.
Que hayan hecho a un lado tan sólo por un momento los tambores de guerra, provocó expresiones de esperanza en las redes sociales. Lo que el pueblo pide es que se pongan a trabajar, que dejen a un lado la confrontación, y en muchas ocasiones el abierto enfrentamiento, para velar por la atención de los problemas y rezagos más importantes de la capital. Por ejemplo, el agua potable.
Qué bueno que firmaron el acuerdo para que el Municipio agilice los permisos de construcción de casas, o condone algunos impuestos para que los desarrolladores de vivienda puedan trabajar sin contratiempos y se cumpla, antes de los seis años proyectados, la meta de edificar esas unidades habitacionales que tienen en mente.
Pero ¿y el agua? Uno de los reclamos más frecuentes de los empresarios que se dedican a la edificación de viviendas es que no tienen acceso a la red de distribución del vital líquido. Otra es que tampoco hay reservas territoriales para sacar adelante esos proyectos. Ambas cuestiones, responsabilidad por cierto, tanto de las autoridades estatales, como de las municipales.
En Campeche existe el proyecto del acueducto de Hobomó, mediante el cual se contemplaba atender la demanda de agua potable para los próximos 20 años en la capital. Pero el Gobierno de Layda Sansores lo detuvo. No le han invertido un peso ni han puesto interés en desamarrarlo.
Se pidió que en lugar de derrochar seis mil millones de pesos en el “Tren Ligero”, que ni es tren ni será ligero, se pudiera destinar parte de ese presupuesto para el acueducto en mención y para instalar la red de tuberías en las zonas que carecen del servicio, o por donde se proyecta el crecimiento de la ciudad. Pero nada. Prevaleció el capricho.
En cuanto a las reservas territoriales, habrá que ponerle mucha atención. La familia Sansores ha sido desde hace muchos años, una de las más grandes terratenientes de la capital. Son dueños de medio Campeche y sin duda que serán proveedores de ese recurso para el proyecto de edificar las tres mil casas. Y si la Comuna los favorece exentándolos de impuestos por las transacciones en puerta, se van a ahorrar varios millones de pesos, que irán seguramente a las cuentas bancarias de la actual familia feliz.
Tal vez por eso se le veía sonriente a la senecta mandataria, luego de que Biby Rabelo firmó el convenio en cuestión. Si su familia va a ser indirectamente beneficiada, seguramente que valía la pena esta tregua temporal, aunque por otro lado, desde Morena y desde la Secretaría de Gobierno, se siga apostando a la división y la confrontación en el Municipio de Campeche. Eso es tener doble cara. Es no tener vergüenza. Es la profesionalización del cinismo.
Más historias
SONDEO | CIUDADANOS NO SABEN DE RUTAS NI DÓNDE COMPRAR Y RECARGAR TARJETAS PARA ABORDAR EL KO’OX
SE QUEMAN EXOFICINAS DEL REGISTRO CIVIL; NO HAY HERIDOS
TRABAJADORES DESPEDIDOS DE SABANCUY EXIGEN A LAYDA JUSTICIA Y APOYO POR DESPIDOS INJUSTIFICADOS