Para el nefasto Gobierno de Layda Sansores, es preferible que existan manos tendidas en busca de ayuda, en lugar de un pueblo autosuficiente y solvente, que tome sus propias decisiones políticas…
La falta de una planeación eficiente para el manejo de los recursos federales destinados para el combate a la pobreza en Campeche, ha propiciado en los últimos tres años, que la desigualdad social crezca, y que en lugar de encontrar soluciones de fondo al problema, se promuevan paliativos y mejorales que indudablemente sirven para la foto y las selfies de los políticos, pero no abonan en nada a la justicia social.
Campeche dispone para este 2024 de un monto de 62 millones 531 mil 701 pesos para manejar a través del “Fondo de Infraestructura Social” (FISE), con el objetivo esencial de “financiar obras y acciones que beneficien a la población en zonas de pobreza extrema y rezago social”.
Sin embargo, para la mente retrógrada, limitada y oligofrénica de la nefasta Layda Sansores y de sus ineptos asesores, la pobreza extrema y el rezago social se combaten en Campeche mediante el reparto de despensas, colchones, camas, refrigeradores y tinacos, éstos llamados pomposamente como “cisternas con equipamiento”, en lugar de atacar las causas del problema.
Para el inepto e ineficiente Gobierno de Sansores San Román, aquél viejo proverbio chino de “no me des un pescado, mejor enséñame a pescar”, no tiene absolutamente ninguna validez, porque es más redituable política y electoralmente que siempre existan manos tendidas en busca de ayuda, en lugar de un pueblo autosuficiente y solvente, que pueda tomar sus propias decisiones políticas.
Hace unos días, la inepta mandataria regresó a Ciudad del Carmen (de todos sus amores dijo en el discurso, aunque en la práctica es todo lo contrario), para entregar esos apoyos electoreros acompañada de su secretaria del Bienestar, Liza Hernández, y del corrupto alcalde Pablo Gutiérrez Lazarus. Entregaron refrigeradores, colchones, camas y “cisternas” o sea, tinacos para almacenar agua.
Es relevante la presencia del alcalde Gutiérrez Lazarus, no porque él lo sea en sí mismo, sino porque cuando la corrupta gobernadora acude a entregar esas limosnas electoreras a Municipios gobernados por Movimiento Ciudadano o el PRI, evita que estén presentes esos alcaldes. En el Municipio de Campeche, por ejemplo, le “pasó chirola” a Biby Rabelo.
Tampoco sabemos con qué criterios se reparten esas camas, colchones, refrigeradores y tinacos. No existe un padrón de beneficiarios que contemple verdaderamente a quienes lo necesitan, sino a quienes forman parte de la clientela electoral de Morena. Les están pagando pues, que hayan votado por ese partido en las pasadas elecciones.
No hay control en la distribución de esos recursos, ni existen criterios para que se eroguen para de verdad atacar la pobreza extrema. Se sigue derrochando el presupuesto federal con fines electoreros. Por eso la pobreza extrema no decrece, sino por el contrario, va a ritmo ascendente..
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