A la usanza gangsteril, custodiado por un séquito de guaruras que a empujones y golpes le abrieron paso, arribó ayer con una hora de retraso al Centro de Convenciones Carmen XXI, el nuevo secretario general del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), Ricardo Aldana Prieto, evitó entrevistas y hablar de las pasadas elecciones en la Sección 47, a cargo de Víctor Colunga y Víctor Kidnie, que fueron calificadas como fraudulentas por opositores.
Rodeado por los líderes —acusados de corrupción y enriquecimiento ilícito— de las secciones 42 y 47, Luis Gerardo Pérez Sánchez, Víctor Manuel Kidnie de la Cruz y Víctor Matías Hernández Colunga, Aldana Prieto descendió de una lujosa camioneta blanca. Lo esperaba un grupo de al menos 20 guaruras, quienes lo arroparon a la vieja costumbre petrolera.
Ataviado con pantalón negro y camisa de mangas largas a cuadros, el flamante líder petrolero buscó evitar a reporteros y camarógrafos, para lo cual, los escoltas de Kidnie de la Cruz lo rodearon y abrieron paso a empujones, jalones, codazos y golpes, para ingresar a la reunión.
Cuestionado a gritos sobre su visita a Carmen, la junta con líderes e integrantes de las referidas secciones y la actitud agresiva de la barrera humana que impedía acercarse a él, sin detener su paso Aldana Prieto se limitó a afirmar: “Vamos a trabajar por los petroleros y terminar con la corrupción”.
En tanto, al grito insistente de “a la salida”, los guaruras daban empujones y lanzaban golpes, para evitar que los representantes de los medios de comunicación siguieran entrevistando al dirigente petrolero.
La reunión de la dirigencia nacional del STPRM con los trabajadores de las secciones 47 y 42 de Carmen, fue a puertas cerradas, sin permitir el acceso a los reporteros.
Previamente, desde las 15:15 horas trabajadores petroleros, en su mayoría transitorios, comenzaron a arribar al Centro de Convenciones para formar larga fila e ingresar al recinto, donde se les hizo un pase de lista.
Los obreros y las mujeres que portaban bolsas, maletas o mochilas, debían pasar primero por un filtro de revisión, para verificar qué llevaban en cada una de ellas, y posteriormente seguir el protocolo de la ingreso.
Minutos antes del arribo de Aldana Prieto, ante la larga fila que había, se dio la orden de agilizar el ingreso, para el dirigente nacional petrolero tuviera la entrada libre al inmueble, no sin antes recorrer instalaciones petroleras, incluido el vetusto Centro de Adiestramiento en Seguridad, Ecología y Sobrevivencia (Cases).
Entre la comunidad petrolera trascendió que los gastos para el paseo-visita de Aldana Prieto pudo rebasar el medio millón de pesos, porque implicó pagar renta del Centro de Convenciones, pasajes de avión, exquisitas viandas y ciertos gustos del dirigente.
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