Con vandalismo en el edificio de Vinculación de la Universidad Autónoma del Carmen (Unacar), daños y pintas en la Glorieta del Camarón y golpes a reporteros que pretendían cubrir el evento, cientos de personas de todas las edades marcharon ayer por el Día Internacional de la Mujer.
Al final, una mujer de religión islámica denunció ser víctima de violencia y acoso sexual y laboral por parte de su jefe, en Petróleos Mexicanos (Pemex).
El movimiento feminista inició en la Glorieta del Camarón y recorrió la avenida 31 hasta llegar al Monumento a la Mujer Campechana. En el trayecto predominaron los gritos de consignas y canciones en alusión al género masculino, acusándolo de violador, asesino y acosador.
“Juntas, libres y sin miedo”, “Seríamos más, pero no se puede luchar desde la tumba”, “Señor, señora, no sea indiferente, se mata a las mujeres en la cara de la gente”, “No quiero sobrevivir, quiero vivir”, “No somos histéricas, somos históricas”, “Ni una menos” y “Marcho porque estoy viva, y no sé hasta cuándo”, fueron algunas frases escritas en cartulinas exhibidas en el punto de reunión: la explanada de Vinculación de la Unacar.
Antes de emprender la caminata, en las paredes de la Unacar escribieron los grafitis “Encubridores”, “Acosadores”, “Ruz renuncia”, y subieron a la Glorieta del Camarón, para hacer pintas y ponerle un trapo morado a la escultura.
Mientras eso sucedía, el tráfico sobre la calle 31 por 56 se desquició. Surgieron insultos y gritos entre manifestantes y conductores.
La única unidad de la Policía Municipal, “Mujer Segura”, y sus dos elementos a bordo fueron insuficientes para controlar la turba que se salió de control por algunos minutos.
Mujeres cubiertas con turbantes negros identificadas como “Radfem”, evitaron que reporteros dieran cobertura a la actividad. A la insistencia de los reporteros y camarógrafos respondieron con agresiones físicas y verbales. Los mismos policías recomendaron retirarse.
Durante el recorrido y al final de la marcha, las mujeres cantaban y gritaron consignas, al llegar al Monumento de la Mujer Campechana, rindieron un minuto de silencio por todas aquellas que han sido víctimas de algún tipo de violencia.
Representantes de movimientos feministas como Greysi Morales Zurita, Rox Salas, Arantxa Chong y Katy Santana, enviaron mensajes de esperanza, y exclamaron que ninguna mujer está sola.
El momento cúspide se vivió cuando una trabajadora de Pemex que se identificó como Elizabeth Alanis Ruiz, denunció que en los últimos cinco años su jefe José Manuel Uscanga Sánchez, la ha discriminado y acosado por ser islámica. Pidió ayuda a los colectivos para dar seguimiento a su caso de hostigamiento y acoso laboral y sexual, el cual buscará que termine en juzgados penales.
También surgieron pronunciamientos exigiendo investigación y justicia, por las denuncias de acoso sexual contra maestros de la Unacar. “Pese a las evidencias cuando había clases presenciales, desde el año pasado no hay respuesta, y lo más grave es que persiste esa actitud en la modalidad virtual”, recriminaron.
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