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Pésimas condiciones del Hospital General

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Equipos inservibles, tuberías rotas, filtraciones de aguas negras en el techo de la unidad de trasplantes y plafones cayéndose a pedazos en los pasillos, con riesgo para la integridad del personal y los pacientes, son algunas de las deficiencias que arrastra el Hospital General de Especialidades (HGE) “Dr. Javier Buenfil Osorio”. Pero las condiciones son peores.

Trabajadores de la Secretaría de Salud (SSA) y quienes por temor a represalias omitieron sus nombres, compartieron a TRIBUNA algunas fotografías para ilustrar las pésimas condiciones en que se encuentran varias áreas del principal nosocomio ubicado en la capital.

A casi 13 años de fundado, no ha habido mantenimiento ni reparación completa de la infraestructura, que pone en riesgo no sólo la integridad de los pacientes y el personal de medicina, enfermería, especialistas e intendentes, sino también la salud de cada uno de los que por necesidad se encuentran ahí.

Continúa la filtración de aguas negras desde los tubos que atraviesan los techos de diferentes áreas, y las instalaciones eléctricas e hidráulicas y tuberías del aire acondicionado están a la vista, sin plafones. El pasillo técnico que va desde los quirófanos hacia el área de terapias y el del primer piso y con dirección al helipuerto, también se quedaron sin techos falsos.

Otros plafones de gran tamaño están a punto de caer por la grave humedad, y el moho aparece por la filtración de aguas negras, como sucede en el pasillo del Centro de Equipos y Esterilización (CEYE), que además tiene largas tiras de  fierros y metal expuestos, que representan peligro diario.

Las carencias también se ven reflejadas en la falta de insumos y equipos y otros  están fuera de servicio desde hace meses, como es el autoclave de hospital, que es un generador que permite esterilizar el material sanitario con vapor de agua a alta presión y temperatura. El abandono es total.

Los trabajadores del nosocomio exigieron la intervención inmediata de la gobernadora Layda Elena Sansores San Román y la secretaria de Salud, Liliana de los Ángeles Montejo León, para reparar la infraestructura.

Es una vergüenza la situación en que se encuentra el nosocomio, que no es digno para atender a los pacientes campechanos y de otras entidades, afirmaron.  A las deplorables condiciones de la estructura del edificio se suma la carencia de instrumental básico y el desabasto de medicamentos.

El hospital ya no surte medicinas. Son los pacientes los que tienen que surtir sus recetas, con lo que se deja de cumplir uno de los principales beneficios de lo que era el Seguro Popular y que desapareció el presidente Andrés Manuel López Obrador para sustituirlo por el Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (Insabi), que nunca funcionó.

El Gobierno de Sansores San Román no se preocupa por una institución que hasta hace unos meses fue ejemplo de atención y servicio, indicaron.

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