Los extrabajadores de Oceanografía, propiedad de Amado Yáñez Osuna, se encuentran en la indefensión, luego que las embarcaciones se encuentran encalladas, abandonadas, quemadas y reducidas a chatarra, así como los patios de maniobras fueron saqueados, sin que ninguna autoridad haya intentado frenar estos despojos.
Lo anterior fue dado a conocer por Gabriel Gutiérrez Martínez, secretario del Movimiento Nacional de extrabajadores de OSA, al señalar que mientras más de 4 mil exobreros de la naviera continúan exigiendo el pago de sus liquidaciones, a través de las autoridades pertinentes, camiones pesados continúan saqueando lo poco queda de esas instalaciones.
En el futuro había talleres y patios de maniobras, pero todo se esfuma, para que en el corto tiempo no quede nada que pueda responder en garantía ante un laudo a favor de un demandante.
Lamentó que el juez Felipe Consuelo Soto, pese al conocimiento que se ha hecho del deterioro que se ha permitido de las embarcaciones de Oceanografía y del “saqueo hormiga”, que vienen haciendo de las instalaciones, hasta ahora no se ha tomado medida alguna para frenar esas acciones.
“Desde hace varios meses, a través de camiones pesados y principalmente en horas de la noche, la empresa ha realizado labores de saqueo de equipos como plantas, máquinas de soldar, entre otros, que son llevados a bodegas alternas”, expuso.
Recordó que a través de los laudos que extrabajadores han ganado, luego de las denuncias interpuestas en las juntas Local y Federal de Conciliación y Arbitraje, se han tenido que buscar embargos de bienes para garantizar el pago de los que les corresponde, de acuerdo con estos juicios.
“De ahí se desprende el embargo de equipo, maquinarias y embarcaciones, las cuales, al estar siendo sacadas de los patios, nos dejan en la indefensión, ya que no tendremos de donde exigir que se nos pague lo que por derecho nos corresponde”, aseveró.
Esa misma situación se presenta con las embarcaciones, las cuales, por el deterioro en que se encuentran, al menos cinco de ellas se encuentran encalladas cerca de las costas de la Isla, y actualmente están convertidas en chatarra, mientras otras pese al embargo que tienen, fueron saqueadas impunemente.
Tal parece que a las autoridades no les importa que el trabajador pueda hacer válidos los embargos que han ganado, porque toleran la “desaparición” de bienes propiedad de Oceanografía, lo que seguramente imposibilitará recibir una liquidación apegada a derecho, estimó.
Parece que es el cuento de nunca acabar, porque mientras el grupo de exobreros lucha para conseguir justicia laboral, el dueño de la empresa sigue amparándose, concluyó.
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