La palabra de Dios insiste en la importancia de la oración, cuya dimensión poco se fomenta con la excusa de que no se tiene tiempo, pero en realidad no hay ganas, manifestó el obispo de la Diócesis de Campeche, José Francisco González González, durante la celebración eucarística en Catedral.
La oración constante e insistente es capaz de penetrar y romper hasta la piedra más dura, pero, además, debe ser humilde para que sea escuchada por Dios, porque la oración soberbia y llena de amor propio solo es simulación, destacó.
“La oración debe ser constante, pero algunos no lo hacen, van a misa un domingo y dejan de asistir dos. Deben orar con humildad porque si señalamos con insistencia las fallas y los defectos de otros, en lugar de aceptar nuestros errores, queremos que Dios nos escuche si lo hacemos lleno de odio, solo es simulación”.
González González mencionó que la Biblia es la revelación para que los fieles aprendan a orar a Dios, es una forma de encontrar la luz que se anda buscando, pero habría que ver si los católicos acuden al encuentro con el Altísimo y leen el libro sagrado.
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