Miguel Ángel Mancera
El mundo en el que vivimos depende de un delicado equilibrio natural que lamentablemente los seres humanos podemos alterar con nuestras acciones. El sábado pasado se dio a conocer que en Campeche fueron encontradas miles de abejas muertas por envenenamiento, esto debido a que se les expuso por error a un pesticida que estaba destinado a proteger monocultivos de la región de una eventual plaga.
Dicho agroquímico contaba con autorización oficial para su uso, pero no se previó que los efectos de este también perjudicarían a las abejas que, debido a la sequía, bebieron el líquido y lo esparcieron en las flores que polinizaron, envenenándose. No se deben minimizar las consecuencias de lo que pasó, porque el potencial daño ambiental que sufrirá el Estado de Campeche podría ser grave.
Debemos recordar el papel que juegan las abejas en la preservación del equilibrio de la naturaleza. La polinización de las flores se lleva a cabo en gran medida gracias a ellas, propiciando el nacimiento de más flora y manteniendo una vegetación densa; sin las abejas, la cantidad de plantas silvestres presentes en un ecosistema disminuye, lo que reduce la cantidad de alimento para animales herbívoros, afectando directamente a la cadena alimenticia.
Por esta razón, hay que destacar que, aunque para muchos esta pérdida pudiera no parecer delicada, suman ya más de tres millones de abejas muertas, sin que a nadie se le haya impuesto un castigo y representa un problema mayor a sólo la afectación económica que sufrirán los apicultores y agricultores, que en esta ocasión se calcula en 335 millones de pesos.
De no tomar el cuidado necesario, dicha cifra puede seguir creciendo rápidamente y convertirse en una multiafectación vegetal, animal y humana. Esta muerte de las abejas es otra llamada de atención a nuestro deber de velar por el medio ambiente.
En noviembre pasado, México refrendó su compromiso en la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático en la que se acordó, entre otras cosas, que se realizarán inversiones por un valor de hasta 48 mil millones de dólares para el desarrollo de infraestructura generadora de energía de fuentes renovables para reducir el impacto del cambio climático, pero esta nota deja claro que los esfuerzos deben redoblarse y que en la tarea de conservación del medio ambiente todo cuenta, ya que se pone de manifiesto que debemos tomar consciencia del cuidado que se debe tener al llevar a cabo nuestras acciones y considerar cómo afectarán a las especies con las que cohabitamos para encontrar soluciones a nuestros problemas sin afectarlas.
Es verdad que la industria agroquímica es necesaria, pero el uso irresponsable y sin evaluación de sus productos puede resultar en consecuencias peores que las que se pretendieron evitar, como este caso de las abejas muertas.
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