Por la incapacidad y mala gestión de la rectora Sandra Laffon Leal, el estadio Resurgimiento que pertenece a la Universidad Autónoma del Carmen (Unacar) se cae en pedazos, cuando su infraestructura debería estar a la par de cualquier recinto deportivo en el sureste mexicano.
Manifestó lo anterior el presidente de la Contraloría Ciudadana, Javier Bello Ávila, quien expuso que en la reciente misa de la Virgen del Carmen en esas instalaciones, mostró evidencias de las paupérrimas condiciones en que opera.
En el pasado evento no se utilizaron las gradas del estadio y es que el estado de abandono en que se encuentran esas instalaciones, hubieran puesto en peligro a los asistentes, dijo.
Para el dirigente social, tanto de manera administrativa como de infraestructura, la institución se cae a pedazos, como quedó demostrado en el estadio, el cual se encuentra en el total abandono y en condiciones deplorables, señaló.
“Pude apreciar que hay zonas completamente destruidas, áreas inundadas, varillas corroídas expuestas, cables suelos y sin protección, baños destruidos, entre otras deficiencias que se presentan, como muestra del abandono que se encuentran por parte de las autoridades universitarias, encabezadas por la rectora Sandra Laffón”.
Subrayó que dan pena las condiciones en que se encuentra ese estadio de béisbol, en la que se escribieron historias de éxito de los Delfines de la Unacar de la Liga Estatal Campechana y de la Liga Mexicana de Béisbol.
La incapacidad de la rectora es una muestra de lo que sucede en el alma mater, cuya institución se cae a pedazos, luego que fue considerada la número uno en el ranking estatal y una de las mejores a nivel nacional.
“Se cae a pedazos la Unacar, no sólo es un sentido figurado, sino también en la infraestructura, donde la supuesta falta de recursos, lleva a la falta de mantenimiento de las instalaciones, las cuales se encuentran enmontadas, rotas y derruidas, como se pretende tener a nuestra alma mater, para alcanzar el objetivo de desaparecerla”, reiteró.
Recordó que en el ámbito financiero, la Unacar está siendo llevada a la ruina, donde los jubilados no cobraron sus remuneraciones desde hace más de nueve meses, sin que las autoridades universitarias les den la cara.
“Además, hay un sindicato que en contubernio con las autoridades, jinetea el dinero de los trabajadores, de las denominadas Ayudas Mutuas, las cuales supuestamente también rasuran”, concluyó.
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