NUEVA YORK (Reuter).— La comunidad médica de Nueva York quedó conmocionada este fin de semana después de que una destacada oncóloga, la doctora Krystal Cascetta, mató de un disparo a su propia hija de 4 meses y después se suicidó.
El asesinato-suicidio tuvo lugar alrededor de las 7 de la mañana del pasado sábado en la lujosa residencia familiar, valorada en un millón de dólares, en el tranquilo suburbio de Somers, en el condado de Westchester, según informó la Policía del Estado de Nueva York al Daily Mail.
El esposo de la doctora Cascetta, Timothy Talty, de 37 años, no estaba presente en ese momento, pero sus padres sí y fueron quienes hicieron el macabro hallazgo.
La doctora Cascetta, de 40 años, era una hematóloga oncóloga altamente respetada en el prestigioso Hospital Mount Sinai de Manhattan.
Se especializaba en cáncer de mama y lideraba ensayos clínicos e investigaciones para profundizar en el entendimiento de la enfermedad. Supervisaba la atención y tratamiento de pacientes en dos centros de infusión del Mount Sinai en Queens, donde era reconocida como una profesional compasiva y entregada, de acuerdo con ABC7 News.
Colegas y amigos de la doctora Cascetta manifestaron su profundo asombro y tristeza ante la noticia.
“Era la última persona de la que esperarías algo así. Una doctora excepcional que se preocupaba profundamente por sus pacientes”, comentó un colega del Mount Sinai, que prefirió mantener su identidad en reserva, según el Daily Mail. “Todos estamos tratando de comprenderlo”.
Aún se desconocen los motivos que llevaron a la doctora Cascetta a cometer tal acto. En redes sociales, se mostraba llevando una vida feliz junto a su esposo, Timothy Talty, fundador de Talty Bar, una empresa de barritas energéticas que ella apoyaba con entusiasmo.
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