Pese a participar en la protesta se quedó sin el pago de 18 quincenas
Después de 35 años de servicios en la Universidad Autónoma del Carmen (Unacar), donde se desempeñó como secretario general y secretario académico, falleció el jubilado universitario doctor en Pedagogía, Andrés Edgard Salazar Dzib, sin que le resolvieran sobre el pago de 18 quincenas que le adeudaron y que reclamó durante varios meses. Compañeros expusieron que durante el paro de labores del sector universitario en noviembre de 2022, Salazar Dzib participó activamente demandando lo que por derecho le correspondía.
Dejó de existir a los 66 años de edad, mientras esperaba que las autoridades universitarias y el Gobierno del Estado acordaran quiénes pagar y cómo distribuir el dinero extraordinario recientemente entregado a la Unacar, a cargo de Sandra Laffón Leal.
Salazar Dzib era originario de Hecelchakán, Campeche, pero durante muchos años estuvo avecindado en Carmen dedicado a la docencia, lo que le llevó a graduarse como doctor en Pedagogía y prestar sus servicios en la Unacar, con dedicación, entrega y pasión, coincidieron sus compañeros.
Explicaron que dentro de sus responsabilidades en la máxima Casa de Estudios, se le recuerda como secretario académico y secretario general del exrector Sergio Augusto López Peña, y destacó por su trato respetuoso.
“Es lamentable que nuestro compañero Andrés no haya podido disfrutar el producto de sus años de servicio, pues acuerdo con lo que comentaba, le adeudaban 18 quincenas, es decir, nueve meses de prestaciones, las cuales no sabemos si las autoridades universitarias cumplirán en entregarlas a sus familiares”.
Información recabada indica que al jubilado fallecido dejaron de cubrirle remuneraciones desde octubre de 2022, y en enero último pactó ajuste a la baja y logró que le cubrieran las quincenas correspondientes del 1 al 15 de febrero y del 1 al 15 de marzo.
“Tal parece que las autoridades universitarias esperan que ese sea nuestro destino, porque en lugar de agilizar la dispersión de los recursos extraordinarios estatales, sólo tenemos promesas, mentiras y hambre”.
Los demás compañeros retirados lamentaron que en medio de la espera de justicia por parte de las autoridades, a Salazar Dzib le llegara la muerte.
Muchos de nosotros estamos enfermos, y mientras más tiempo pasa menos posibilidades económicas tenemos de enfrentar alguna emergencia médica, y de eso está consciente la rectora Laffón, quien ahora “jinetea” el dinero que recibió de Campeche.
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