Por ahora, sin reporte de carne contaminada
En el último año, en el Rastro han sido detectadas dos reses con tuberculosis, ante lo cual el Sindicato de Matarifes siguió el protocolo para sacrificarlas y dar con la ubicación del rancho de origen, donde se realizó inspección para evitar que otros ejemplares contagiados sean comercializados.
Romeo Reyes Hernández, secretario general sindical, expuso que por fortuna la presencia de dos médicos zootecnistas ha permitido que cada sacrificio de una res o cerdo se realice bajo las inspecciones correspondientes, pues saben que es compromiso con la ciudadanía vender productos fuera de riesgos para su salud.
El próximo 14 de septiembre, los carniceros participarán en una capacitación sobre el manejo de los animales en el centro de matanza, por lo que, a decir del líder de los matarifes, desde hace años mantienen estrecha relación con las autoridades, a fin de garantizar la inocuidad de los productos cárnicos que ofrecen a sus clientes.
“Mencionó que es por eso que dos médicos veterinarios zootecnistas observan las condiciones de los animales en pie, con la intención de identificar algún signo de alarma de algún padecimiento que ponga en peligro la producción ganadera, y también la salud de los potenciales consumidores, y justamente las revisiones médicas dieron como resultado la detección de tuberculosis”.
“La Secretaría de Desarrollo Agropecuario (SDA) realiza un ‘barrido’ por área. Por ahora está en la Península de Atasta”.
“Los animales cuentan con aretes que contienen el registro para la localización de cada rancho de origen, por eso cuando algún animal enferma, se procede a su ubicación. Por ahora no hay reporte de carne contaminada”.
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